17: Sunbaenim

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— ¿Todo bien, sunbaenim? — preguntó el alfa de cabellera azul.

Jimin alzó la mirada se su libro encontrándose con el alto alfa. — Oh, Soobin. — se sorprendió al verlo. —Sí, todo bien. Solo que estoy algo cansado, no he dormido bien anoche. — respondió al ver como el menor se sentaba a su lado.

En el corto tiempo que Jimin había estado en la universidad había conocido a un montón de personas, y una de estas era Choi Soobin. Un recién ingresado, estudiante de ingeniería industrial. 

Se habían conocido de casualidad, cuando Jimin regresaba de los baños a su aula y el alfa se hallaba varado y perdido en medio pasillo. Quiso ayudarlo, a pesar de que él  también había ingresado hace poco. Así los dos estuvieron en su búsqueda de encontrar el dichoso salón del alfa, subiendo y bajando pisos, yendo a diferentes edificios del gran campus; para luego llegar a un lugar que ni él mayor sabía de su existencia. Así por fin optaron por pedir ayuda y así salir del problema.

Después de tal travesía el alfa agradeció por la intención del omega y desde ahí empezaron a hacerse amigos. A pesar de ser de diferentes carreras ellos se paraban encontrando en las horas de descanso, donde hablaban y congeniaban. A Jimin le había encantado la actitud del alfa, siendo amable y fresca. Haciéndolo ver una persona divertida. De los tantos alfas que se le habían acercado era uno de los casi pocos que le hablaba con una intensión buena, por eso es que no dudó en aceptarlo y darle su amistad.

A parte que no podía resistirse a los lindos hoyuelos que salían a luz cada vez que sonreía. Eran muy tiernos.

— Tiene que descansar, sunbaenim. Creo que los exámenes mensuales estar por llegar. No sería beneficiario si rinde las pruebas estando en malas condiciones. — aconsejó sacando un sándwich de su mochila.

Había pasado ya tres meses desde que había empezado la universidad; iba por mitad de su primer ciclo. Y para ser sinceros, era horrible. 

Todos los profesores eran unos desgraciados sin corazón. Importándole poco la vida de los alumnos, con su único objetivo de dar sus clases y calificar. A parte que tenía que dar muchos temas, casi nada relacionados con su carrera principal. Pero así era, y aunque odiase química con toda su alma, no le quedaba de otra que estudiar y sacarse el ancho para poder pasar el ciclo sin problemas.

— Sí... Es que ando medio perdido con ciencias y juro que me tiro por un puente si en estos exámenes voy mal. Y bueno, esta cara — se apuntó — se llama esfuerzo. — dijo sin ánimos.

El menor rio negando para darle otra mordida a su comida. — Yo tampoco soy experto en eso, a pesar de que la mayoría de mi familia ejerce esa carrera. Peeeeero, tengo mis trucos. — sonrió y alzó y bajó las cejas haciendo que el mayor se carcajeara.

— Seguro, pero un día de estos te van a atrapar. ¿Tienes cursos con Choi? El viejito de grande nariz. — frunció el ceño haciendo referencia a lo que hablaba. Soobin asintió. — Parece que tiene ojos en todos lados; intentar plagiar, aunque sea un poquito, es tu perdición. Ni lo pienses hacer con él. — lo apuntó negando.

— ¿Por qué?

— ¿Cómo que por qué? ¿No escuchaste? Ese hombre tiene ojos, POR TODOS LADOS — exclamó llamando un poco la atención de los jóvenes cerca a su mesa. — Uno de mi salón lo intentó hacer, y ¡Diosa! a pesar de que estaba atendiendo otra cosa, y se encontraba al otro lado del salón, lo pilló. — tocó su pecho sintiendo su corazón latir con fuerza, asustado. — No te imaginas el miedo que me dio cuando lo vi siendo sacado del aula. Se lo llevaron a dirección, y a parte de la detención, le anularon el examen y le dieron una advertencia; no me gustaría que te pasara lo mismo.

DESTINO ; 윤민 [YM]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora