•Veintitrés•

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—¿No me escuchaste? Te he pedido tu identificación —ordenó HoSeok al jovencito que tenía enfrente.

Este, metió sus temblorosas manos en sus bolsillos y le enseñó finalmente la tarjeta celeste.

HoSeok la tomó y frunció el ceño tras ver el semblante pálido del muchacho, estaba temblando.

Cerca de donde HoSeok se encontraba, había varios Sanguinem haciendo la misma labor, pidiendo identificación a todo Alfa que se dirigía hacia la salida norte del sector cuatro. Aquella orden les había sido dada hacía semanas atrás, pues la mayoría de los rebeldes solían tomar aquella ruta desde el bosque de Hala para ir a robar alimentos a los sectores vecinos.

HoSeok, bajó la vista hacia la tarjeta y leyó en voz alta:

—Seon-Woo, código de origen 4-64.  —Luego miró el antebrazo del jovencito y observó allí su número. La tinta parecía estar corrida, ¿era aquello realmente un tatuaje?—. Aquí dice que provienes del sector nueve —agregó.

—S-sí, pero he venido a visitar a un amigo —balbuceó.

HoSeok estaba a punto de regresarle su identificación cuando vio algo que lo hizo retroceder. No tenía el sello de los últimos conteos, por ende, Seon-Woo, desde los once años no había ido a sellar su tarjeta, y eso solo podía significar una cosa.

El jovencito notó al Sanguinem observando fijamente los sellos en su identificación y no pudo evitar echarse a llorar.

—Detente ya mismo —ordenó HoSeok—, hablo en serio, si notan que estás llorando vendrán a ver lo que sucede, ¿quieres que te maten?

Seon-Woo, observó al Alfa con el rostro inundado en lágrimas. Nunca antes había conocido a un Sanguinem que fuese así de amable, otro le estaría propiciando golpes sin importarle que tuviese apenas catorce años.

—9-68, ¿está todo bien? —preguntó un Alfa desde lejos.

HoSeok se volteó hacia él y asintió.

—Afirmativo —respondió fingiendo una sonrisa.

—Entonces date prisa —ordenó.

—En seguida. —HoSeok volteó y le entregó la tarjeta al jovencito—, sal ya mismo del sector cuatro y no regreses, ya no es seguro merodear por esta zona, vete por la salida del Sur, y siéntete afortunado de que te topaste conmigo y no con alguno de los que están allí —susurró mientras señalaba sutilmente a los demás Sanguinem —, no hubieses tenido tanta suerte con ellos.

—¿Cómo te llamas? —preguntó mientras sorbía su nariz.

—HoSeok.

—Siempre te recordaré, HoSeok —balbuceó el jovencito, y tras ponerse el gorro de su sudadera, se alejó directo a la salida sur.

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El último Omega || YoonminDonde viven las historias. Descúbrelo ahora