[Meses antes || pt1]
Se lo habían dicho más de una vez, tenía prohibido salir de Dandong. Pero para Sunoo, aquel valle pacífico no era más que una prisión. Su sueño siempre había sido conocer Nueva Corea, sabía que todos los adultos de la aldea habían sido creados allí.
Desde muy joven escuchaba las historias de su padre, este había sido un pequeño Alfa viviendo en uno de los tantos sectores de aquel país. Ninguna anécdota era buena, sin embargo, a Sunoo le fascinaban, eran una verdadera aventura, tan diferente a la monótona y aburrida vida en aquella aldea en el medio del boque.
Se preguntaba cómo serían las grandes ciudades, quería conocer los edificios, los rascacielos, las autopistas; todo.
Fue por ello que convenció a su mejor amigo, Jung-Won, para escapar juntos a través de aquel túnel en la montaña, el cual jamás se habían atrevido a cruzar.
Aquella aventura suicida no había sido improvisada, Sunoo llevaba años planeándola, había tatuado un código con tinta falsa en su antebrazo y en el de su amigo, también, se había escabullido a una de las salas secretas donde tenían tarjetas falsas con copias muy exactas a los sellos de Nueva Corea, estas identificaciones habían sido creadas con el propósito de ser utilizadas en casos de emergencia, aunque nunca antes nadie había tenido que valerse de ellas. Al menos nadie hasta ese día en el que Sunoo, sin dudarlo, tomó una para sí y la completó con sus datos inventados.
Él estaba casi seguro de que no tendría que mostrarla, aun así no se iba a arriesgar.
Tanto él como su amigo, imaginaban que tras aquel extenso túnel se encontrarían con la gran ciudad, ya casi podían visualizar los edificios tan altos como las nubes y los increíbles vehículos pasando a toda velocidad por las autopistas flotantes, sin embargo, estaban muy equivocados.
Del otro lado del túnel, se veía todo exactamente igual que en Dandong, tal vez menos cuidado y sin casas de madera.
De todas formas, no regresarían. Sunoo había escuchado de un bosque el cual estaba rodeado de calles pavimentadas, estas conectaban todos los sectores de Nueva Corea, por ello razonaba en que si continuaban por el bosque, tal vez encontrarían algún sector.
Caminaron por días. El más reacio a seguir adelante era Jung-Won, quien siquiera le apetecía ver la ciudad, la única razón por la que continuaba, era porque no tenía suficiente carácter para decirle que no a su mejor amigo.
Creían que jamás lo lograrían cuando finalmente, casi como si de un hermoso espejismo se tratase, lograron divisar una ciudad a lo lejos.
Sunoo comenzó a correr hacia el camino, estaba tan feliz, sus pies exhaustos prácticamente avanzaban solos de la emoción. Unos metros antes de llegar, sintieron unos extraños zumbidos y segundos después, unas luces rojas se filtraron entre la vegetación del bosque, viajaban de un lado a otro, parecían disparos silenciosos.
Sunoo, en lugar de ocultarse, comenzó a correr bordeando el camino. Sin mirar atrás, continuó avanzando y no se detuvo hasta que finalmente frente a sus ojos, aparecieron los arcos que le dieron la bienvenida a la gran ciudad. Allí, detuvo sus pasos en seco.
—¡Lo hemos conseguido! —exclamó emocionado. Pero, tras voltear, no logró ver a Jung-Won.
Buscó por todos lados, incluso volvió algunos pasos hacia atrás, pero no lo encontró.
Por un momento pensó que este se estaría escondiendo, pues ocultarse era lo mejor que sabía hacer. Algo asustado, decidió seguir adelante, solo quería echar un rápido vistazo y regresar, no necesitaba más que eso.
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El último Omega || Yoonmin
FanfictionLos alfas, son los únicos sobrevivientes a una falla genética que ha acabado extinguiendo por completo a los Omegas. Todo se complica cuando un grupo de científicos se unen para crear un Omega alterado genéticamente. ⚠️Si de pronto leen algo que no...