El muchacho leyó y releyo aquella hoja de papel. Nunca había escuchado el nombre de aquel Kosei, ni siquiera conocia que tipo de Kosei era.
Guardo la hoja en su bolsillo, para después irse a su casa, pensando en como sería aquella particularidad, la intriga lo mataba, quería saber más sobre ella y su don.
Al llegar a su casa, se interno en su cuarto, no sin antes saludar a su familia y agarrarse algún bocadillo, Pues, lo necesitaba, además de una buena ducha.
Mientras tanto, una chica, más bien, nuestra protagonista, se encontraba en su habitación. Con su cara en su almohada, soltando un leve chillido de alegría, mientras levantaba uno de sus pies y el otro lo bajaba.
El muchacho por el que estaba desarrollando sentimientos, la habia llamado por su nombre y no sólo eso, si no que estuvo sobre el por un momento. La alegría que tenías, no se podía explicar.
Levantaste tu rostro, se notaba a kilometros lo sonrojada sonrisa que estabas, y saliste de tu cama. Tu estómago estaba reclamando comida, a lo que le hiciste caso.
Al bajar por las escaleras, tu hermano se acerco a ti, impiendo continuar con tu camino hacia la cocina.
- Hermanita.
Mencionó con un tono de preocupación, mientras ponía sus manos sobre sus hombros. Lo miraste sin entender, alzaste una de tus cejas, en señal de que no sabías por que el estaba así.
- Hoy te vi en el entrenamiento, se te notaba.. distraida, de no ser porque te grite, estarías lastiamada.
El tenía razón, no podías nergarselo, desviaste tu mirada y quitaste sus manos de tus hombros. Le dedicaste una sonrisa para calmarlo, lo alejaste un poco y fuiste a la cocina.
Tomaste un par de sobras y te dirigiste a tu habitación, pero al estar en la puerta, te encontraste de vuelta con tu hermano, quien estaba apoyado en la pared. Al parecer, esperándote.
- De no ser por tu Kosei, serias papilla. Agradece que también te grite.
Bufaste ante su comentario y entraste a tu habitación. Era algo molesto que el se pusiera así, siempre te cermoneaba sobre tu Kosei, diciendo que aprovecharas el gran poder que tiene.
Te acostaste en tu cama, mirando al techo, pensando en tu hermano. En esos momentos el acaparaba toda tu mente, tanto que cambio tu humor. Decidiste pensar en otra cosa, pero no podías.
Te levantaste de manera abrupta y bajaste las escaleras, en busca de tu hermano. Querías encararle que podias ser alguien mejor que el y, también, que podías manejar tu Kosei en situaciónes en las que estés distraida.
Al estar en el final, pero comienzo de las escaleras, te encontraste con tu madre. Se De la veia preocupada y supiste al instante que tu hermano le hab ia comentando sobre tu "error" en el entrenamiento.
- Hija...
Te llamo con un leve tono de preocupación en su voz, te acercaste a ella y esta acaricio tu cabeza.
- Muestrame tus Mattiolas.
Te pidió, a lo que le hiciste caso y levantaste tus muñecas, lo suficiente para que las vea. Dejaste salir dos flores hermosas, teniendo un color entre morado y azul, estas flores eran donde acumulabas todo tu poder. Y estas se llamaban "Mattiolas Incanas".
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A silent voice- Iida Tenya.
Fanfic"Siempre me apego a mi ideal, si permito que mi voluntad se corrompa aquí, de seguro también lo hará en el mundo real" - Iida Tenya. ⚠Advertencia⚠ - Historia de [OC x Personaje Canon] - Los especiales no son eventos canónicos/ de relevancia dentro...