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Los nervios invadieron todo tu cuerpo cuando Ochako se fue. No querías que se fuera, pues, si ella ya no estaba a tu lado, daba a entender que había un asiento libre, y habiendo un asiento libre a tu lado, Inasa o Tenya intentarían sentarse ahí. Pelearian como buenos rivales que son.

Pensaste en cómo evitar esos disturbios y lo primero que pasó por tu cabeza fue en pasar el resto de el viaje parada. Pero eso no sería posible.
Luego pasó por tu cabeza una idea, muy ingeniosa a tu parecer. Y era hacerte la dormida, así no se pelearian por tu atención. Decidiste llevar a cabo esto, acomodaste todo tu cuerpo y cerraste tus ojos, esperando que creyeran tu actuación.

( . . . )

- Aiko-Chan, despierta, hay que bajar.

Abriste los ojos, mientras sentías como te sacudían levemente. Tallaste tus ojos y analizaste lo que estaba pasando, ¿En que momento habían llegado ya?

Oh, no, me quedé dormida. Maldita sea. Ya ni en mi misma puedo confiar.

Pensaste mientras tomabas tus cosas y te levantabas de tu asiento.
Como apenas te despertabas, tu cuerpo también lo hacia, por lo que estabas un poco torpe. Chocaste con el único poste que había en el tren cuando intentaste salir.

- ¡Aiko!

Tenya e Inasa gritaron al unísono, acercándose a ti preocupados. Pues, el golpe te dejo un chichón/moratón un poco colorado en tu frente.
Sobaste con cuidado donde tenías el golpe, mientras tus amigos te veían preocupados.

"Estoy bien, tranquilos."

Dijiste con tus señas para poder calmarlos. Diste una mirada hacia las puertas de el tren y las señalaste rápido, para que los chicos miraran hacia allí.

- ¡Espera!

Gritó Inasa, con la esperanza de que las puertas le hicieran caso, como si tuvieran vida propia y lo escucharían.
Pero no fue así, se cerraron enfrente de su rostro y el tren comenzó de vuelta su recorrido.
Los tres se miraron entre sí, sabían bien que la parada siguiente quedaba a una considerable distancia de sus casas.

"Disculpen, fue mi culpa."

Mencionaste otra vez, el de anteojos te miro y te tomo de tus hombros, negando con la cabeza.

- No fue culpa de nadie.

Habló él, sentiste como tú corazón dió un vuelco enternezido por sus palabras. Dios santo, este chico eran tan dulce contigo.

- El cuatro ojos tiene razón, no fue tu culpa. Además, podemos bajar en la siguiente parada.

- ¿¡Cuatro que-?!

- No temas Aiko, estaremos bien.

Habló Inasa, interrumpiendo a Tenya.
El de tez un poco morena te tomo por los hombros, empujando a el contrario, y te sonrió, mostrando seguridad en sus facciones.

- Bien.

Bufó el de anteojos, acomodando sus anteojos mientras volvía a incorporarse. Miró por unos momentos las puertas de el tren, detuviendose a pensar.

- Tendremos que esperar a a siguiente parada, por suerte no queda muy lejos de nuestro hogar. Con suerte llegaremos antes de las 8 a nuestras casas.

Giro su cabeza hacia donde estabas tu, mirándote a los ojos. Te incorporaste con Inasa y ambos se miraron con una sonrisa de confianza.

- Pero... Eso sí, tendremos que usar nuestros koseis.

Dijo, manteniendo una mirada fija y sería en Inasa, quien no dudo en mirarlo de la misma forma. Se podía ver a kilómetros la batalla que sostenían entre sus miradas.

A silent voice- Iida Tenya.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora