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Un nuevo día llegó.

Los rayos del sol dieron contra tus ojos, haciendo que despertarás.
Te levantaste de tu cama y fuiste directo al baño aunque a paso lento. En lo que hacías tú rutina mañanera, recordabas las palabras que dijo Kemy días atrás.

"No tengas miedo, Aiko. Si él no acepta tu decisión, él será quien tenga el problema, no tú, porque propones la solución."

Aquellas palabras resonaban en tu cabeza, el hecho de pensar que tú no eras el problema hacia que tú corazón se sintiese raro.

Ignorando aquel sentimiento, terminaste por cepillar tu cabello y te miraste en el espejo, había algo que te hacía estar intranquila. Quizás un presentimiento que estaría advirtiendo.
Saliste del baño y volviste a tu habitación, para seguir con lo mismo de todas las mañanas.

Luego de varios minutos saliste de tu casa y fuiste a la estación de tren, dónde lograste divisar la espalda del muchacho que robaba tus suspiros.
Te fuiste acercando silenciosamente, pues querías sorprenderle.
Tomaste un impulso y te lanzaste por sobre su espalda, asustando lo en el proceso.

- ¡Aah!

Gritó, pero despues al notar que eras tú, su cara de espanto cambió a una dulce con una gran sonrisa en sus labios.
Se tomó la molestia de girar, para queda frente a ti y darte un cálido abrazo. Por tu parte, correspondías al contacto físico de la misma manera.
Hace bastante tiempo que no se veían, haciendo notoria la sensación de haber extrañado al otro, de haberlo necesitado en su día a día.

- Aiko-San, que bueno verte después de todo este tiempo.

Dijo rompiendo el abrazo y mirándote mientras acomodaba sus lentes. Te tomaste la libertad de inspeccionar cada parte de su rostro, tenía unas cuantas curitas y vendas sobre este, también pudiste notar leves rasguños en sus manos ¿Qué le paso? ¿En qué momento paso por eso?
Tenya notó al instante tu preocupación, pues tu cara lo decía todo, a lo que aclaró rápidamente su garganta.

- Te lo contaré todo en el tren, pero no te preocupes; no es nada grave.

Trato de calmar el de anteojos. Tú no podías quitar la vista de todas aquellas vendas que cubrían sus supuestas heridas.

¿Serán profundas? ¿Le dolió mucho? ¿Por cuánto ha pasado?

Tu cabeza estaba llena de preguntas, que conforme más veías, más eran. No lo podías creer o no querías creerlo.
Tenya te miró una vez más e intento calmar tu preocupación con un nuevo abrazo, el cual no pudo durar mucho ya que su tren había llegado.

- Vamos, subamos.

Tomó tu mano y te guío hacia dentro del ferrocarril. Buscaron un asiento para ambos y luegos se sentaron.
Te quedaste mirándolo expectante, querías oír lo que tenía para decir. Querías saber por lo que había pasado, ya que buscarias la forma de curarlo, de hacerlo sentir mejor.

- Bien... Comenzaré desde el principio.

Dijo en un suspiro a la vez que acomodaba sus lentes, para después dirigirte la mirada. Lo notaste algo nervioso, pero también decidido, por lo que solo aguardaste a qué comenzará con su relato, aunque en tu cabeza aún seguían varias incógnitas sin resolver que aumentaban conforme escuchabas lo que Tenya contaba. Y no solo tus dudas eran más, sino también tu preocupación.
No esperabas que haya pasado por tanto, siendo tan solo está su primera vez en la vida de un adulto, en la vida de un 'heroe'.

🖇️

Hacía rato que habías bajado de tren, hacía rato que ya no veías al chico de anteojos pero él seguía en tu cabeza. La preocupación que llevabas encima era tanta que no podías pensar en otra cosa.
Estabas tan sumida en tus pensamientos que no te habías dado cuenta de que habías llegado a la cárcel (Academia).

A silent voice- Iida Tenya.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora