A silent voice- Iida Tenya.

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La chica de la Academia Shiketsu, había llamado la atención de los estudiantes de la U.A.

No sólo por su singularidad, sino también por su forma de actuar y su agilidad, no sobra decir que también su físico la hizo notar. Además, era la única que no usaba aquel sombrero característico de los estudiantes de la academia, ya que, según ella, estropeaba su estilo.

Ya había aprobado, y sólo quedaba ir al lugar de descanso.

Estaba caminando hacia allí pero de repente sintió nauseas, haciéndola parar algo alarmada. Se mantuvo de pie por un momento, hasta que sus piernas ya no respondían y no soportaban su propio peso. Esperó el impacto contra el suelo, pero nunca llegó. Abrió los ojos confundida y su mirada se encontró con unos bellos ojos carmesí.

La muchacha había sido rescatada por Iida, en un momento donde casi se desmaya en medio de la arena, pues eso era un contra de su Singularidad.

- ¿Te encuentras bien?

Preguntó con un tono de preocupación, negaste con la cabeza en forma de respuesta. Este te tomó entre sus brazos en un estilo princesa y te llevó dentro del edificio de descanso.

Ya estando allí, fueron a la mesa donde había comidas, le indicaste con el dedo que querías unos bocadillos dulces y con ayuda de sus compañeros, te dio lo que pediste. Lo tomaste entre tus manos para después darle un mordisco y poco a poco te fuiste recuperando. El chico te dejo sentada en uno de los asientos que había allí y se sentó a tu lado, esperando a verte mejor.

Ya sintiéndote un poco mejor, te giraste a verlo.

"Gracias."

Dijiste por medio de un movimiento rápido de manos, eran señas, él te miro confundido. Y claro, habías olvidado que no todos conocen el lenguaje de señas. Suspiraste y miraste a tu alrededor, con la esperanza de que encontrar a tu amigo entre la multitud, para que pudiera traducir lo que decías.

- ¡Aiko- San!

Escuchaste que alguien gritaba tu nombre, era un grito familiar. Miraste detrás de ti y viste a quien buscabas, te levantaste de tu lugar, al igual que tu acompañante. Yaorashi se acercó a ti, te miro y luego al muchacho que se encontraba a tu lado con desconfianza.

"Yaorashi, que bueno verte."

- Lo mismo digo, ¡Qué bien que aprobaste!

Exclamó feliz él, abrazándote por los hombros de forma fuerte. Reíste por el entusiasmo de tu amigo mientras correspondías al abrazo, luego te alejaste de él.

"Por favor, ayúdame con él."

- ¿Te está molestando?

Preguntó mientras le dirigía una fría mirada, tú negaste con la cabeza y este entendió lo que en realidad sucedía. Te giró para que miraras al muchacho y él se puso a tu lado.

"Gracias por haberme ayudado."

Expresaste por medio de tus señas lo que querías decir. Tu amigo aclaró su garganta antes de hablar.

- Dice que: Gracias por haberla ayudado.

Notaste al muchacho tratando de captar lo que estaba pasando y cuando lo hizo, embozó una sonrisa leve dejando ver un par de sus dientes. No dejaste pasar el hecho de que cierto brillo peculiar apareció en su ojos, lo cual hizo que tu corazón diera un salto.

"Soy Aiko Tsukino."

- Y sólo eso, gracias de vuelta.

Se dio la vuelta y estaba a punto de arrastrarte con él lejos de tu salvador, pero fuiste rápida y le diste un leve golpe a tu amigo, el cual sólo bufo dándose la vuelta otra vez.

- Ella es Aiko Tsukino.

- ¡Oh! Un gusto, yo soy Tenya. Tenya Iida.

Dijo este haciendo una reverencia, imitaste su acción y ambos se incorporaron de forma recta al mismo tiempo.

- ¡Iida-Kun!

Se escuchó la voz de uno de sus compañeros, volteo en dirección de donde se oía aquella voz, noto quien era y se despidió de ti con una sonrisa.

Sentiste como la sangre subía a tu cabeza, tu corazón se aceleraba y mirabas embobada a aquel chico. Yaorashi te notó, hizo una mueca molesto demostrando su disgusto, pero luego sonrió y comenzó a molestarte con él.

Suspiraste por el comportamiento infantil de tu compañero, pero que le ibas a hacer, él siempre fue así y así siempre será.