Capítulo 18

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–Feliz cumpleaños–Susurro en mi oído, era la única que lo sabía.

Hoy cumplía 18 años, hoy no celebraría con mis padres en casa y no pensaba decirles a los chicos sobre eso, no quería alguna sorpresa hoy.

Luego de unos minutos termine de comer y me levanté de la mesa con Camille. Hoy había entrenamiento cómo cualquier día, Cuatro prometió que no haría algo pesado para no joderme más.

Al llegar vi a Cuatro y se acerco rápido a mí con una sonrisa tranquila.

Camille golpeo con su codo mi brazo, voltee a verla y tenía un brillo en los ojos, ¿que le pasaba?

–Hola–Lo saludo.

–Hola, ¿cómo esta tu mano?–Preguntó.

–Duele aún–Respondí.

–Le dije a Eric que no te iba a permitir pelear, así que solo por lo que te hizo hoy tendrás el día libre, pero debes quedarte viendo las primeras luchas.

–Muchas gracias.

Se voltea para irse y ver cómo iban los demás practicando. Cuando Cuatro se aleja un poco Camille se ríe bajo.

–Gran regalo de cumpleaños–Dice burlona y se acerca a un saco de boxeo para calentar un poco. Miro sus golpes, esta chica también es del escuadrón de matar a cualquiera.

Se ve delicada pero era una chica salvaje, sonreí a ese pensamiento y casi brinco del susto cuando alguien se acerca de golpe.

–Feliz día libre, iniciada–Una voz masculina habla cerca de mí.

Demonios.

–Deja de asustarme, Eric.–Contesto con tono de voz amarga. Él estaba muy cerca de mi cuerpo.

Me tense y él lo noto, de re ojo vi una pequeña sonrisa en su rostro. Eric luego se colocó a lado de Cuatro.

–¡VAN A PELEAR!–Grito Eric acercándose al ring de lucha.–PETER CONTRA TRIS.

Los citados subieron al ring, pelea fuerte.

Auch Tris.

Christina derramo algunas lagrimas al ver que Tris quedo inconsciente, Peter era creído pero tenía mucha fuerza y pudo contra la delgada estirada.

–¡Llévenla a la enfermería!–Dijo Cuatro y se fue del lugar. Camille me miro con una ceja alzada.

Will y Christina cargaron a Tris y se la llevaron, otros siguieron luchando.

Cuatro no estaba así que decidí irme, me despedí de Camille y camine al dormitorio, cambie mi ropa por algo más lindo; un pantalón con un top negros acompañado de mis botines.

Cepille mi cabello, me coloque mi collar y agarré mi chaqueta para irme antes que el sol se escondiera.

Ir al lugar donde todo empezó.

Subí al tren y me senté, fue rápido el viaje pero pude observar los edificios de una mejor manera. El tren llego hasta el final y baje de el, camine... corrí sobre el césped.

Subí las escaleras para subir el muro, lugar donde había prometido no volver, pero aquí estaba tratando de recordar.

Apoyada sobre una barandilla observando el atardecer y los campos de Cordialidad, me sentía tranquila al estar aquí.

Sentía nostalgia.

Haciendo lo mismo que hice hace 2 años pero sola.

Ese chico era lo que me mantenía viva aún, por él llegué a tiempo a la enfermería y por él iba a tener mi felicidad, tenía que encontrarlo.

Deje salir una lágrima al creer que no lo encontraría..

Es lo que deseo, lo deseo, lo deseo encontrar.

Desear algo no me ayudaría, tal vez el destino de ambos era nunca estar juntos..

Puse mis manos sobre mi rostro e imagine lo que hubiera pasado si no hubiera caído, eso hizo que derramará más lágrimas.

Si nunca hubiera pasado sería muy feliz.

Mire hacia el cielo y puse mi mano sobre mi collar.

El movimiento de la barandilla me hizo retomar buena postura, nunca podría estar sola.

Alguien había subido y acercado sigilosamente.

Voltee a mirar a la persona, era él.

–¿Que estás haciendo aquí?–Pregunté confundida.

–¿Tú que haces aquí?.–Contraatacó y se acerco más a mí.–Estas...

Juntos en esta vida y en la siguienteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora