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—¿Hace cuánto lo sabes?

Bajó la vista incapaz de mirar al peliazul a los ojos.

—Responde, ¿hace cuánto lo sabes?

—Unos meses.— respondió en un susurro casi inaudible. Sentía que estaba siendo juzgado por uno de los más grande pecados.

—¿Por qué no me lo contaste antes? —el castaño secó una lágrima, sentándose junto a su amigo.— ¿Por qué no confiaste y me contaste todo esto? También me incluyo, al igual que a ti.

—Pensé que podría solucionarlo, que tendría la fuerza para verlo y fingir que nada pasó. Te veías tan feliz junto a YeonJun que preferí mantenerte lejos de la situación mientras yo la agarraba, pero veo que no lo conseguí.— también sacó sus lágrimas, que eran muchas menos.

HueningKai también había descubierto la infidelidad de YeonJun. Claro que para él fue un golpe mucho más grande, ya que su relación parecía ser perfecta y no había alejamiento por parte de YeonJun, como si lo hacía TaeHyun con BeomGyu.

Había visto a su novio y a su amigo escondidos en un callejón cercano a la casa de TaeHyun, besándose de una manera salvaje. La imagen fue demasiado para él, por eso huyó del lugar lo más rápido que pudo, sin importarle si aquellos chicos lo habían visto.

Entonces comenzó a atar cabos. Esa era la razón por la que YeonJun ya no quería tener contacto sexual con HueningKai, también era la razón de aquellas madrugadas donde YeonJun se amanecía en aquella aplicación de mensajería, o por qué tenía marcas en el cuello.

Se sintió miserable y enojado. Había depositado toda su confianza en aquellas dos personas y ellos lo traicionaron de la peor manera posible. ¿Cuánto tiempo llevaban haciendo eso? No lo sabía en absoluto, pero si sabía que aquellos chicos sabían fingir y ocultar sentimientos como expertos, porque nunca vio una interacción amorosa entre ellos cuando estaban los cuatro unidos.

Entonces también se sintió como un bobo por no haberse dado cuenta, quizás tuvo que ser cuidadosa y no haberse confiado tanto, YeonJun y TaeHyun llevaban tanto tiempo riéndose en su cara, burlándose de él. Y él no lo había notado.

Después de llorar toda la noche, se decidió a contarle a BeomGyu lo que pasaba, pero mayor fue su sorpresa al ver que BeomGyu solamente bajaba la vista y susurra un casi inaudible "Ya lo sabía..."

BeomGyu le contó todo lo que sabía, como los había descubierto y como había comenzado a sospechar. Le contó también todo lo que había sufrido esos meses y todos sus esfuerzos para recuperar el amor de TaeHyun, aunque no lo había conseguido.

Ninguno parecía tener la fuerza de enfrentar a su pareja, gritarle y maldecirlo por todo el daño, ninguno tenía el ánimo suficiente como para salir a la calle y fingir que todo estaba bien en sus vidas. Ninguno quería sufrir más, querían detener todo y olvidar el dolor.

Y eso harían, por más que les costara.

—No quiero ver a YeonJun.— habló HueningKai luego de un silencio.— No puedo mirarlo ni pensar en lo bobo que fui al no darme cuenta de toda la situación.

—Yo tampoco quiero ver a TaeHyun.— BeomGyu observaba un punto fijo en la mesa del centro.— Con solo verlo el enojo conmigo mismo por aguantar toda esta mierda y no haber hecho algo antes.

—Has sido infeliz durante estos últimos seis meses, no sé como has aguantado tanto.

—Pensaba que el problema era yo y que si cambiaba todo se solucionaría, pero ya ves que no sirvió. TaeHyun ya no me ama como yo lo amo.

Ambos lloraron, abrazándose y consolándose entre sí, porque sentían el mismo dolor.

JungKook llegó a los minutos, con máxima preocupación y seguido de un serio TaeHyung. Los mayores se dedicaron a consolar a los más pequeños, a tranquilizarlos e incluso cocinarles algo. TaeHyung aportaba datos curiosos que había descubierto hace poco, distrayendo a BeomGyu y HueningKai de sus problemas, JungKook de vez en cuando decía algún chiste malo y se reía, contagiando con su risa a todos en la cocina.

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—No está.— fue lo primero que dijo YeonJun mientras entraba al departamento de TaeHyun.— HueningKai desapareció, ya no está. Nadie sabe nada de él y ni siquiera dejó una nota. Simplemente se esfumó.— TaeHyun cerró la puerta y se dirigió al sofá, sentándose en el borde mientras observaba a YeonJun moverse por todo el salón.

—BeomGyu tampoco está.—dijo, y los ojos curiosos de YeonJun se dirigieron hacia él y lo miraron fijamente. TaeHyun tenía los ojos rojos y cristalizados, la nariz un poco roja y los labios hinchados y con pequeñas heridas.— Se acabó, YeonJun. Los chicos nos descubrieron.

—Eso es imposible, hemos sido muy cautelosos.— YeonJun seguía sin detener su caminar nervioso.— Yo no he levantado sospechas, incluso lo he tratado de manera mucha más cariñosa, es imposible...

—BeomGyu me lo dijo.—interrumpió TaeHyun.— HueningKai nos vio en un callejón. BeomGyu ya lo sabía hace muchos meses, solo que no nos había encarado todavía.—río amargamente sin ánimos de hacerlo en realidad Acabamos de perder a las personas que más queríamos, YeonJun. Se acabó.

El mayor se sentó lentamente junto a él y ambos comenzaron a llorar, como si no lo hubieran hecho en mucho tiempo.

—Perdí a HueningKai... —susurró entre lágrimas YeonJun.— Y todo por tu culpa.

—¿Disculpa? —preguntó, secándose las lágrimas.— Tú eras el que quería cada vez estar más tiempo junto a mi y te negaba a dejarme ir. También tienes la culpa.

—¡No lo entiendes! -gritó con fuerzas.— ¡Yo amaba a HueningKai con todo mi corazón y ahora ya no está!

—¡¿Tú crees que yo no amaba a BeomGyu?! —gritó de vuelta TaeHyun.— ¡Era una de las personas que más amaba en el mundo y se fue! ¡Él me quiso y por mi idiotez lo perdí! ¡Nunca debí haberme acostado contigo!

—¡Maldigo el momento en el cual te dejé meterte entre mis sábanas, TaeHyun! ¡Maldigo el segundo exacto en el cuál te besé por primera vez y maldigo mi estupidez!

—¡Púdrete, YeonJun! Húndete en tu maldita soledad por ser un imbécil.— TaeHyun tenía los sentimientos revueltos.— ¡Maldigo el momento exacto en el que entraste a mi vida y te dejé hacer lo que quisieras!

Ambos se miraron, con sus ojos ardiendo en ira. Sí, tenían motivos suficientes para odiarse de por vida, pero seguía existiendo aquella química imparable que los hizo comenzar con los engaños.

Y que una vez más, lo empujó a estar juntos.

Porque, aún con la ira a flor de pie, se besaron lo más rudamente que pudieron, desatando su ira a través de sus bocas y, posteriormente, de sus cuerpos.

engaño.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora