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—¿Ya estás listo?

HueningKai entró a la habitación, con una sonrisa en los labios.

—Me faltan los zapatos, dame un momento.

Mientras BeomGyu terminaba con sus zapatos, HueningKai revisaba su teléfono de manera frenética, como si estuviera nervioso por algo.

—¿Podrías por lo menos decirme porqué insististe tanto en que me arreglara hoy?

—Ya te lo dije, saldremos los tres de paseo, así que necesitas verte lindo, aunque normalmente lo eres, pero hoy necesitas verte mucho mejor.

—Me das miedo, que lo sepas.

—Ya lo sabía, lo dejaste claro el otro día.

Ambos rieron, y BeomGyu golpeó levemente el hombro de HueningKai.

—Bien, terminé de vestirme, ¿Contento?

—Sí, iré a avisarle a SooBin que ya nos podemos ir.

HueningKai desapareció por la puerta, y BeomGyu suspiró.

Revisó tu teléfono, pero no había nada.

Ninguna señal de TaeHyun.

BeomGyu pensaba en viajar a Seúl solo para asegurarse de que TaeHyun se encontrara bien.

Necesitaba comprobarlo con sus propios ojos.

—Oye —HueningKai se asomó por la puerta— llegó un paquete para ti, ve a buscarlo.

BeomGyu asintió, y se levantó de la cama, saliendo de la habitación.

Atravesó el pasillo con calma, después de todo le asustaba un poco saber que cosa le había mandado JungKook.

Cuando llegó a la sala, SooBin lo miraba con una gran sonrisa.

—¿De que te ríes? —preguntó con algo de curiosidad.

—Nada, no me hagas caso.

Rodó los ojos, y abrió la puerta principal.

Definitivamente vivía junto a unos locos.

Cuando cerró la puerta, vio a alguien al otro lado del jardín, pero tenía algo extraño.

No parecía llevar uniforme o algo relacionado a una empresa de correos.

Su corazón se volvió a acelerar, y BeomGyu no entendió el porqué.

Atravesó el jardín con algo de miedo, sin terminar de entender la situación.

Pero antes de que hablara, o tocara a la persona, esta se dio vuelta.

BeomGyu quedó de pie, completamente sorprendido.

Sus ojos no daban crédito a lo que veían.

Su garganta se secó, a la vez que sentía como sus ojos se llenaban de lágrimas.

No podía ser posible, ¿O sí?

Parpadeó, queriendo asegurarse de que no era una mala broma que su cerebro le estaba haciendo.

—¿TaeHyun? —preguntó, con la voz temblando.

Cuando TaeHyun le sonrió, BeomGyu no dudó en lanzarse a los brazos del mayor.

Y este lo abrazó de vuelta.

—Estás aquí, de verdad —BeomGyu lo abrazaba con fuerza, como queriendo asegurarse de que verdaderamente estaba entre los brazos de TaeHyun.

—Sorpresa, bebito —TaeHyun rio y besó la cabeza del menor.

BeomGyu secó una lágrima que caía por su mejilla.

engaño.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora