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El mar lo tranquilizaba.

Le tranquilizaba verlo, ver las olas, ver como estas reventaban contra las rocas de la orilla, como el agua salpicaba hacia todos lados. Simplemente le encantaba.

La luna iluminaba de manera perfecta el mar, añadiéndole un toque precioso.

Se acomodó la manta por sobre sus hombros, buscando evitar sentir más frío. Sus ojos se perdían en cada detalle del mar mientras por sus oídos entraba aquella melodía tan calmada y serena, una ambientación perfecta para el momento.

Habían terminado de jugar hace algunos minutos, y él decidió salir a respirar aire fresco, alejándose un poco de la tecnología y conecetándose con la naturaleza pura. Aquella que le encantaba.

Intentaba, ponía todo su esfuerzo en distraerse y no pensar en TaeHyun, pero le era imposible. Había quedado tan preocupado luego de las palabras de JungKook, que sea arrepentío de preguntar pero TaeHyun era un hombre grande, que se podía hacer cargo de sus emociones y acciones.

O eso esperaba.

Porque, aunque BeomGyu había visto varias veces a TaeHyun triste, nada se comparaba a lo que le relataba JungKook hace unas horas. Nunca había visto o escuchado que algo así le pasara al mayor.

Quizás no pudo más y simplemente explotó, y su mente reaccionó de la peor manera.

¿Debía sentirse culpable por eso?

No lo tenía lo suficientemente claro, pero una parte de él si se sentía culpable. Después de todo, él trato mal a TaeHyun cuando se encontraron, por más que este se empeñaba en tratar bien a BeomGyu.

Entonces tuvo otra pelea mental sobre como debía sentirse o que debía hacer. A este paso parecía que sus heridas nunca sanarían y nunca dejaría atrás su pasado.

Dejar atrás el pasado.

Dejar atrás a TaeHyun.

Dejar atrás esa bonita historia de amor que terminó en sufrimiento.

Entonces, de algo si estaba seguro.

Para acabar con todo, y dejar de sufrir, tendría que escuchar la historia de TaeHyun.

Porque él solo conocía su propia historia, su propio sufrimiento, su dolor, sus heridas. No las de TaeHyun. Él no sabía como se sintió TaeHyun, ni tampoco sabía como se sentía ahora, no sabía cuánto había sufrido, cuanto había llorado o cuanto dolor había soportado. No sabía los motivos de sus actos o de sus mentiras.

No sabía nada.

Suspiró, volviendo a colocar la misma canción, buscando relajarse un momento.

Se sabía la letra de memoria, era una de esas canciones que llevaba años escuchando y hasta ahora lo sentía verdaderamente, sentía como si aquella canción hubiera sido escrita por él mismo.

Parecía que sus pensamientos se habían mezclado con la canción, creando la letra.

Cuando la escuchó por primera vez, pensó en lo deprimente de la letra y la suerte de nunca haberse sentido cosas así. Pero ahora todo era tan distinto, había experimentado todo el dolor de una infidelidad, el intentar superar a alguien y fracasar en el intento.

Su corazón seguía dolido, en lo más profundo.

Una infidelidad no es un tema sencillo de superar.

Menos cuando fuiste engañado por dos personas que amabas, como lo eran YeonJun y TaeHyun.

Parecía que caía por un pozo oscuro, y no había escapatoria por ningún lado. Sentía que sus emociones lo arrastraban hasta el fondo, impidiéndole salir. Por más que luchara y luchara, no conseguía salir de ahí.

engaño.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora