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Entró en la habitación lentamente.

Sin hacer ruido, abrió las cortinas, dejando que la luz entrara e iluminara la habitación por completo.

Con su mirada, buscó a ambos chicos, hasta encontrarlos.

Durmiendo juntos en la cama del menor.

Sonrió de lado, y se alejó con cuidado, sin intención de despertarlos.

Salió de la habitación, y caminó hasta la cocina, entrando con una sonrisa.

—¿Despertaron? —preguntó SooBin, dejando de cocinar para mirar a HueningKai.

—No, se veían tan bien juntos que no los quise despertar de inmediato.

—¿Estaban durmiendo juntos?

—Si, y bien abrazados —respondió—. Igual estaban vestidos, así que mucho no hicieron.

—Deja de pensar en eso, ellos decidirán que hacer con su vida.

—Yo solo los quiero ver felices.

—Yo también, pero ellos lo deben hacer a su ritmo, no al nuestro. Ahora ayúdame a terminar con esto.

—Está bien.

‹ 🌙 ›

El menor se revolvió, incómodo.

Abrió un ojo, tratando de acostumbrarse a la luz solar.

Levantó su cabeza, mirando a su alrededor.

Suspiró, y se volvió a acomodar.

El día había llegado, y él no quería que TaeHyun se fuera.

Se abrazó más fuerte al mayor.

Lo miró, y sonrió con sinceridad.

TaeHyun era un ángel al dormir.

Lucía tan pacífico, tan relajado, tan lindo.

Como un bebé.

BeomGyu no quería despertarlo, pero debía hacerlo. Eran las únicas horas que les quedaban juntos.

Cuando TaeHyun se fuera, BeomGyu no sabía que iba a pasar.

Y temía no volver a verlo.

TaeHyun comenzó a despertar de a poco, refregando sus ojos.

BeomGyu lo observaba con atención, fascinado con cada movimiento del mayor, como si lo estuviera hipnotizando.

—Buenos días —la voz grave de TaeHyun al despertarse, sorprendió a BeomGyu, haciéndolo sonreír.

—Buenos días Tae —respondió, sonriendo.

—¿Qué hora es? —preguntó, mirando al menor.

—No lo sé, pero sí sé que debemos desayunar.

—Buen punto, muero de hambre —ambos rieron suavemente— ¿Tú crees que los chicos estén despiertos?

—Yo diría que sí, se despiertan temprano —BeomGyu se separó de TaeHyun, sentándose en la cama—. Debemos levantarnos, tenemos que aprovechar el día.

—¿Qué tenemos que hacer hoy?

—Divertirnos, nada más —el mayor rió, y se levantó de la cama, seguido de BeomGyu, ambos salieron de la habitación de la mano, caminando por el pasillo hasta llegar al comedor.

BeomGyu se sentía maravillado, como si estuviera bajo un hechizo profundo que no le permitiera fijarse en nadie más que en TaeHyun.

Su corazón le pertenecía al mayor, y eso estaba seguro.

engaño.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora