CAPITULO 10

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Al día siguiente Armando había llegado antes a ecomoda, fue a su oficina y se puso a ordenar sus cosas.

MARCELA: Armando, necesito de tú ayuda, por favor

ARMANDO: Dígame señorita

MARCELA: Necesito que me ayudes a sacar algunas cuentas

ARMANDO: Si claro —. Ambos se sentaron y se pusieron a revisar las cuentas.

ARMANDO: ¿Señorita Marcela, puedo hacerle una pregunta?

MARCELA: Depende, pero dime

ARMANDO: ¿Quién es el chico con el vino la señorita Pinzón el lunes?

MARCELA: ¿El es Nicolás Pinzón, su hermano mayor, porque lo preguntas?

ARMANDO: Nada, simplemente curiosidad —. Ambos continuaron con las cuentas, hasta que llegó Betty, necesitaba conversar con Armando, decirle la verdad, fue hasta la oficina de él y lo vio con Marcela, riendo.

BETTY: Buenos días

MARCELA: Betty, llegastes

ARMANDO: Buenos días, señorita Pinzón

BETTY: ¿Marcela tú no tienes secretaria? —. Dijo molesta, intentado no hacer notar sus celos, Marcela que lo notó, siguió con su juego

MARCELA: Si, solo que quería que Armando me ayudará

BETTY: Pues que pena, tendrá que ayudarte Sofía

MARCELA: Betty, pero Armando es un perfecto economía, yo quería que me ayudará simplemente

BETTY: Pues el es mío... ¡Osea mi secretario, tu tienes la tuya, así que ella te ayude! —. Dijo gritando —. Armando necesito que traspases estos documentos a la computadora, los necesito para el medió día, así que te recomiendo que empieces —. Dijo dejando un folder sobre el escritorio de Armando

ARMANDO: Ya mismo señorita

MARCELA: Armando, continuamos luego —. Dijo saliendo de la oficina, Armando prendió el computador y Betty se sentó al frente de él, los nervios de él, se hicieron notar, pero rápidamente desaparecieron al notar el semblante serio de Betty.

Armando iba a cojer el folder, pero ella lo detuvo, cogió el folder y lo alejó de él, lo tomó de la mano y lo miró con la mayor dulzura y seriedad.

BETTY: Armando, necesito conversar contigo

ARMANDO: ¿Dígame señorita, de que desea hablar?

BETTY: Sobre nosotros, sobre lo que sea que nosotros seamos

ARMANDO: ¿No lo entiendo?

BETTY: Quiero que aclaremos las cosas —. Suspiró y volvió hablar—. Armando, siento que tal vez hemos malinterpretado las cosas

ARMANDO: ¿Malinterpretar? Solo nos dejamos llevar

BETTY: Puede ser, pero no debió suceder, yo no estoy preparada para una relación, ni siquiera sé si es lo que estoy buscando —. Aquellas palabras fueron más dolorosas que un golpe, sin embargo pretendió hacerse el fuerte, como si fuera un cubo de hielo —. Yo no pretendi ilusionarte

ARMANDO: No se preocupe señorita, todo queda atrás

BETTY: ¿Las cosas van a seguir igual, verdad?

ARMANDO: Si, déjelo ahí

BETTY: Gracias y perdón —. Dijo resentida mientras se levantaba y salía de la oficina.

ARMANDO: Si tan solo se diera una oportunidad y logrará encontrar el amor —. Susurró

Betty trató de poder volver a ganarse la amistad de Armando, incluso lo invito almorzar, pero esté se negó con la excusa de que Marcela lo había invitado.

BETTY: ¿Armando, almorzamos juntos?

ARMANDO: Me encantaría, pero ya tengo planes

BETTY: Seguro Mateo te está esperando —. Dijo feliz

ARMANDO: He no, la señorita Marcela me invitó a almorzar —. A Betty le desapareció la sonrisa, pero no entendía el porque, si fue ella quien dejó las cosas claras

BETTY: Está bien, nos vemos luego

ARMANDO: Hasta luego —. Subió al ascensor, junto a Marcela quien justo pasaba por ahí.

Al llegar al restaurante, separaron una mesa y pidieron su comida.

MARCELA: ¿Armando, que te contó Betty?

ARMANDO: Pues, me dejó las cosas claras, fue sincera conmigo

MARCELA: Entonces no lo quiso intentar... Mira, yo no te conozco tanto como Betty, ella es mi mejor amiga y me contó sobre como iban las cosas contigo, pero yo no me puedo meter en su vida

ARMANDO: Si la entiendo, yo tampoco buscó obligarla a quererme o sentir algo por mi, se que tiene sus inseguridades, pero en algún momento las va a tener que afrontar

MARCELA: Eso espero y no sea tarde cuando se de cuenta —. Ninguno se había percatado que mesas más allá, se encontraba Betty, quien quería acercase a escuchar la conversación, cuándo fue interrumpida por un hombre.

HOMBRE: ¿Betty, eres tú?

BETTY: Si, disculpe, no lo conozco

HOMBRE: ¿Cómo no te acuerdas, salimos cuándo eras más chica?

BETTY: No, no me acuerdo y prefiero tampoco hacerlo, con permiso —. Cogió su cartera y salió del restaurante, subió al auto y manejó hacia las afueras de Bogota.

Manejó hasta la laguna de Guatavita, de chiquita le gustaba venir con su hermano, les ayudaba a desestresarse y relajarse.

En ecomoda todos estaban preocupados por la presidenta, la cuál había salido hace 3 horas y aún no volvía, según su agenda no había ninguna reunión hoy.

MARCELA: ¿Dónde puede estar?

ARMANDO: Ni idea, apenas se sobre ella —. Las puertas del ascensor se abrió y de él salió Betty, quién venía feliz.

BETTY: Buenas tardes. ¿Que está pasando?

ARMANDO: Señorita Pinzón. ¿Está bien?

BETTY: Si, estoy muy bien. ¿Pero que pasó?

ARMANDO: Como no llegaba, pensamos que algo malo le había pasado

BETTY: Pues no, aquí estoy, así que pónganse a trabajar... Armando a mi oficina

ARMANDO: Ya mismo señorita —. Fue detrás de ella

BETTY: Necesito que llames a Bruno y le preguntes si ya están los puntos de venta, contacta con una diseñadora de interiores y que se encargué del diseño de cada uno de los puntos de venta y me traes un café sin azúcar, que no esté frío

ARMANDO: ¿Algo más?

BETTY: Si, mañana no voy a estar en la mañana, así que si deseas vienes en la mañana o no y si vienes, ayudas a Marcela, ya que te gusta ayudar —. Dijo lo último entre dientes —. Nada más, puedes retirarte

"Encontrar el amor"

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By Morita

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