Tiempo de mayictor y mikellino

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Anteriormente... 

– Por mí bien. – dijo la chica.

– Ok, si gustas... – suspiró Fran.

Ram estaba feliz, pues ahora su novio estaría más relajado y tendría más tiempo libre.

Víctor tenía algo que hablar con Mayo, así que le hizo una seña con la mano para que lo siguiera. Se alejaron un poco del grupo y caminaron por entre algunas carpas.

– ¿De qué quieres hablar conmigo, Vic?

– Ese beso accidental que nos dimos... 
              

FLASHBACK

Víctor saltó y le intentó arrebatar el cojín, pero le salió el tiro por la culata y cayeron los dos al colchón. El mayor cayó sobre la tostadora y le pasó a besar por accidente.

– Ups... – fue lo único que salió de su boca tras separarse del beso.

– ¡¡¡Víctor!!! – se lo quitó de encima y puso una mano sobre su boca.

– Perdón, no quería.

– No vuelvas a hacer eso.

– Ok, no hagas tanto escándalo, solo fue un beso. – se lamió los labios, le había gustado.

– No me gusta que me besen sin permiso.

– Fue un accidente.

FIN FLASHBACK

       
– ¿Qué pasa con él?

– ¿Que qué pasa?... ¿Qué te pareció? digo... ¿Cómo lo sentiste?

– Fue hace un buen rato ya. La verdad es que te he conocido más, y si eso hubiera ocurrido ahora no me hubiese molestado. Pero... Vic, no sé.

– Dijiste que no te gustaba que te besaran sin permiso, ¿lo tengo ahora mismo?

– No quiero desilusionarte.

– ¡Mayito, por favor! – le puso una mano en la mejilla para que lo mirara.

– Intenta

Eso fue un sí, así que juntó sus labios con los del menor. 

– ¿Qué sentiste? – los separó luego de unos segundos, estaba algo sonrojado.

– Vic... no sentí nada, perdón, pero tus besos... no me provocan amor o algo similar. No me gustas. – se sentía mal por decir esas palabras pero eran ciertas y no jugaría con Víctor.

– Ok. Entonces por favor intenta que mis ojos no se queden suspendidos admirando tu figura, intenta no enamorarme con cada sonrisa, intenta no tener unas facciones tan bellas y no digas mi nombre cuando despiertes por las mañanas, porque me tientas a envolverte en un abrazo y llenarte de besos.

– Lo siento, veo que tus sentimientos son profundos y... sinceros. 

– No es tu culpa no enamorarte. – volvieron con los demás.

Víctor no se sentía muy bien. En verdad amaba a Mayo y rendirse de esa manera no le gustaba, sin embargo le parecía lo mejor.
Por otro lado la tostadora lo veía como un amigo que temía lastimar.

– ¡Trolli!⁓ – de repente Mike le saltó encima y el mencionado tuvo que sujetarlo de los muslos para que no se cayera. El menor envolvió la cintura del contrario con las piernas.

– ¿Qué te pasa hoy? ¿eh?

– Creo que la lata tenía azúcar.

– ¿Pero cómo va a tener azúcar la lata? Mikel, es imposible, comiste salsa de tomate con carne y fideos. – lo bajó con delicadeza.

– Entonces hay algo que me hace estar así... quizás sea que te quiero tanto. – se estiró y le dio un besito en la barbilla.

– ¿Escondes algo?

– No 

– Muéstrame tu mochila, hombre.

– No quiero.

– Algo te pasa a ti que no me has contado.

– ¡Un trato vinagre, un trato! – propuso el castaño.

– Te escucho.

– Tú me muestras tu mochila y yo te muestro la mía.

– De ninguna manera.

– Entonces tampoco sabrás lo que "escondo".

– Uff... está bien, pero déjame un momento. – Trolli se escondió detrás de una carpa y guardó algo en un bolsillo más escondido. Regresó con su compañero. – toma, ahora la tuya.

– A ver que escondes, vinagre. – se la entregó y se puso a revisar.

El azabache solo encontró ropa, algunas cosas personales como cepillo de dientes, cargador, cosas así hasta que se pilló con una tremenda envoltura de chocolate.

– ¿¡Cómo tan grande?!

– Me lo malpensé.

– ¡Joto! con razón estás así, mucha azúcar.

– Jeje... – de repente vio un bolsillito que no había visto. – ¿y esto?

– No, Mike, no. Si no te digo Mikel es por algo.

– Pero está plano, ¿Qué es? – empezó a abrir el cierre.

– ¡¡Nooooo!!

El menor sacó una foto de tamaño mediano. 

– ¿Qué hace una foto mía en tu mochila? – preguntó pícaramente.

– No es lo que crees...

– ¿Y para qué la usas? cochino.

– ¡Que no es lo que crees! – se intentó defender.

– No es difícil conseguir una foto mía, después de todo solo debes buscar en internet "Mikecrack" y te pillas con muchas. Pero que la hayas impreso... me sorprendes, Trolli. – le devolvió la foto con una sonrisa y le dio otro beso en el cuello para después irse ya que el helicóptero parecía ir llegando.

– Carajo – maldijo para arreglarse la mochila y seguirlo.

Reality show ~| los CoMPaS|~Donde viven las historias. Descúbrelo ahora