𝕮𝒂𝒑í𝒕𝒖𝒍𝒐 26

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Narra _____

—¿_____? ¿Qué hacen?

Y mi corazón se paró al escuchar la voz de mi hermano proveniente de la entrada. De inmediato me separé de Izan esperando que solo haya sido mi imaginación, pero no, allí estaba, parado a unos metros frente a nosotros.

—¡Gael! –salte de la encimera y me dirigí a él –. ¿De dónde vienes? –trate de cambiarle el tema.

—Ehhh, eso no importa. ¿Qué hacían? ¿Quien es él? –señaló a Izan con la mirada.

—Mira, que tal si tu no cuentas nada de lo que viste y yo no cuento que saliste de la casa estando castigado –propuse y él se quedo callado pensando.

—Trato hecho –acepto volviendo la mirada de nuevo a Izan por unos segundos –. Bien otro día me presentas a... ¿tu amigo? –dijo dudando en las últimas palabra y salió del lugar.

Me di la vuelta e Izan estaba apoyado en la encimera mordiéndose el labio inferior, al parecer avergonzado por lo sucedido, como también lo estaba yo.

—Hubiera sido peor, mi madre o padre por ejemplo –bromee lo cual hizo a Izan soltar una risa nerviosa.

—¿Es broma cierto? –pregunto con una sonrisa en sus labios.

Negue y me acerque de nuevo hasta tenerlo igual de cerca que hace minutos pero desvíe el paso por su lado casi rozando su hombro y me dirigí a la mesa para tomar algo.

Sin darnos cuenta nos habíamos quedado en la cocina hablando y cenando una pizza que mis padres compraron esa noche. El tiempo se nos paso volando y ya se había echo tarde a si que decidimos subir.

Cerre la puerta con el pie tras ingresar a mi cuarto junto con Izan.

—Okey –mire a Izan y él a mi. Soltamos una pequeña risa tonta y sin sentido–. Primero entro yo al baño para ponerme la pijama ¿okey? –dije y él asintió.

—Vale, pero yo no tengo que ponerme –me miro enarcando una ceja.

—Cierto –rei nerviosa y mire a mi alrededor buscando algo para que se ponga.

—Por mi no hay problema –se encogió de hombros haciendo una mueca de lado–, puedo dormir en boxer –continuó formando una pequeña sonrisa de lado.

Abri mis ojos más de lo normal.

—¿Serías capaz? –me cruce de brazos mirándolo con una caja levantada.

—Aveces duermo así y no habría problema porque ya me viste en boxer –sonrio pícaro.

—Que chiste. Fue sin querer, no pensé que estarías así –aclaré al recordar el día que entre a su cuarto sin tocar y lo vi en boxer.

—Pero me viste – sonrio, ahora victorioso.

—Bueno, bueno, igual no creo que te atrevas –le rete.

—Pruebame –soltó con seguridad.

—Te pruebo –fue lo último que dije antes de entrar al baño.

Me di una rápida ducha luego me lavé los dientes, y me solté el cabello para luego ponerme la pijama. En este caso me iba a poner más el short ya que mayormente no acostumbro a usar esa prenda.

Salí y me encontré con Izan parado frente a mi escritorio viendo lo que había en este.

—Lista –hable llamando su atención. Le hice paso para que se dirija al baño.

Me miró de pies a cabeza y se me acercó coqueto. Me aguanté la risa.

—No tardó –me dijo pasando por mi lado.

—Ahí te dejé algo para que te pongas –le aclaré señalando el baño.

—Vale, pero no lo necesitaré –contesto cerrando la puerta detrás de él.

No dije nada y me puse a arreglar la cama para así meterme y encender la televisión.

La verdad no creo que se atreva a dormir así ¿o si?, no digo que me disgustaria o molestaría, para nada, incluso sería al contrario al tratarse de Izan. Ya veremos.

Minutos después la puerta se abrió encontrándome con la sorpresa de que Izan si salía solo en boxer.

Después de verlo por un rato con los ojos abiertos como platos por la sorpresa rápidamente volví mi vista a la pantalla sintiendo mis mejilla calientes.

—¡Gane! Te probé que si lo iba a hacer –exclamó victorioso.

—Si ¡ya lo vi! –lo mire de pies a cabeza con una mueca de derrota–. ¿Y ahora quieres un premio? –cuestione con diversión.

—Si –se subió a la cama quedando frente a mi–, un beso me basta.

Eso me hizo sonreír como tonta. Lo tomé por las mejillas con ambas manos y lo besé siendo correspondida al instante por él. Paramos a los pocos segundos y nos acomodamos para poder dormir.

—¿Y por qué no te pusiste lo que te deje en el baño? –le pregunte levantando la vista ya que tenia mi cabeza apoyada en su hombro.

Antes de contestar solto un bufido.

—Porque no me iba a poner tu pijama de unicornios –soltó obvio.

—¿Por qué no? –bufe– a mi me hace excesivamente grande y me dije: esto le debe quedar perfecto a Izan –conté lo que pensé en ese momento.

—Noo, como crees –soltó en tono divertido–. Se me veía raro –río.

—Pues si. Nadie más que yo te iba a ver.

—Estoy mejor así ¿no lo crees? – sonrio desde su altura.

—No me quejo –conteste abrazandolo por la cintura y siendo correspondida con un abrazo por los hombros de parte de Izan.

—Como quisiera estar así todos los días –dijo Izan mientras besaba mi frente con ternura.

—Y yo –admiti levantando la mirada para encontrar la de Izan. Bajo un poco la cabeza y nos dimos un pequeño beso.

—Buenas noches –susurre entre sus labios y una sonrisa se formo de parte de él.

—Buenas noches –repitio acarariciando mi hombro y a los pocos minutos me  quede dormida.

Narra Izan

Baje la mirada encontrándome a _____ ya dormida tranquilamente, suspire, es increíble como alguien puede cambiarte la vida y hacerte olvidar lo que no podías. Ahora no me quiero alejar de ella.

Tome mi móvil y le mande un mensaje a mi papá.

- Pá ya está confirmado?

A los pocos segundos respondió:

- Si hijo, todo listo
- mañana ya puedes darle la noticia a _____ ;)











𝐌𝐞 𝐡𝐢𝐜𝐢𝐬𝐭𝐞 𝐨𝐥𝐯𝐢𝐝𝐚𝐫Donde viven las historias. Descúbrelo ahora