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—No es tan malo como parece

—¡Para ti es fácil decirlo, Sam!

—Debería de alegrarte que no paso a mayores. Los accidentes pasan

—¡Pero, curiosamente, siempre me pasan a mí, Jazz!

—Yo sigo sin entender porque tanto alboroto, solo es cabello

—¡Tucker!

El equipo Phantom se encontraba en la habitación de la joven halfa tratando de levantarle el ánimo; por lo general cuando a Danny le pasaba algo "malo" siempre era a su lado fantasma, pero al parecer el universo había querido que esta vez le ocurriera a su lado humano:

FLASHBACK

Era un día normal de escuela en la Secundaria Casper para los tres amigos, lo único diferente para ellos era la apariencia de Danny; en vez que ir peinada con su habitual coleta había decidido hacerse una trenza para variar un poco su peinado ahora que lo tenía más largo (a la cintura). Para Tucker no era gran cosa, pero para sus amigas parecía que sí; ese tipo de cosas hacía que deseará tener un mejor amigo varón.

El día iba como si nada, tranquilo; no obstante, las cosas se pusieron feas en la clase de ciencias. El profesor había salido por un momento dejando a la clase sin supervisión en un lugar peligroso; Dash y Kwan comenzaron a jugar con los equipos de laboratorio sobre todo con el mechero de Bunsen acercándolo a los nerds y quemándoles la ropa. Los pobres chicos en cuanto sentían el calor y el olor de la tela quemada corrían como locos tratando de apagar el fuego hasta que se metían a la ducha de emergencia.

La diversión duro poco ya que Danny sintió la presencia de un fantasma y de pronto todos los materiales e instrumentos comenzaron a flotar. En seguida apareció ante ellos Sidney Poindexter quien era el que manipulaba los objetos comenzando su discurso acerca de los bravucones y como los castigaría, así que uso los instrumentos del laboratorio en su contra y enseguida salieron huyendo y eso desató el pánico.

Los alumnos corrían por todos lados despavoridos; los profesores trataban de mantener el orden, pero Poindexter evitaba que alguien se acercara a ayudar a los bravucones. Uno pensaría que con ese alboroto Danny encontraría un lugar donde transformarse; sin embargo, Dash y sus amigos usaban algunos nerds como escudo y eso provocaba más la ira de Poindexter. El rubio cobardemente usaba a la azabache como protección impidiendo a la chica liberarse.

«¡Lo que me faltaba! Ahora ¿cómo rayos me lo quito de encima?»

—¡No sé que me molesta más —exclamó molesto el fantasma nerd—: un bravucón aprovechándose de unos pobres nerds o de usar a una chica indefensa de escudo humano!

—¡Fenton, tus padres son cazafantasmas! —exclamó Dash apretando con fuerza los brazos de la chica a causa del miedo—. ¡HAZ ALGO!

—¡LO HARÍA SI ME SOLTARÁS GRANDICISO...!

Poindexter invocó unos bisturí y los arrojó a los dos adolescentes. Dash dejo escapar un grito agudo por el miedo a la vez que soltaba a Danny. La chica aprovechó para empujar al rubio y así evitar los peligrosos cuchillos. Lamentablemente en el proceso, la trenza de la azabache se alzó y algunos bisturí cortaron donde empezaba el peinado. Al escuchar los bisturí cortando el aire y la falta del peso en su cabeza, Danny volteó y vio su cabello, como si fuera a cámara lenta, deshaciendo la trenza hasta el broche de cabello azul con un tridente plateado que sujetaba la punta.

La cabellera cayó y fue entonces que la azabache se paso una mano por su cabello; afortunadamente los bisturí no la lastimaron, pero a cada tacto su expresión, que primero fue de asombro, poco a poco pasó a una de ira. Su cabello... le había costado mucho que creciera a como lo tenía para que un patético fantasma se lo cortara... oh no, eso no se quedaría así.

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