Reinos Infinitos Pt. 2

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Entraron por otro portal que parecía un arco romano, pero al llegar al otro lado se dieron cuenta de que no regresaron a la Antigua Roma, y de la manera difícil ya que fueron atacados por una lluvia de flechas. Algunas les rozaron y sirvieron como señal para que Danny los volviera intangibles. Estaban sobre el mar, pero alcanzaron a ver una playa y en esta un gran barco encallado. Junto al navío había varias personas con antiguas armaduras, las cuales Danny reconoció gracias a las películas de «Percy Jackson»: eran armaduras griegas.

Phantom comenzó a hacerse una idea de donde estaban, pero también esperaba equivocarse. Con cuidado, aterrizó junto a los guerreros mirmidones y se volvió visible. Los guerreros al verlos "aparecer de la nada", volvieron a preparar sus arcos y otros desenvainaron sus espadas.

—¡Alto! —ordenó una voz cerca de todos—. ¡No los ataquen!

Los mirmidones bajaron sus armas y se hicieron a un lado para dejar pasar a su líder. En cuanto Danny lo vio, lo reconoció. Sam también lo hizo, pero Tucker no.

—Uh... disculpe señor —dijo el moreno—. ¿Quién es usted y que está sucediendo?

Danny y Sam se golpearon la cara con la mano. Su amigo debía leer más allá de las lecturas obligatorias de la escuela. Los mirmidones murmuraron indignados ante la pregunta, uno de ellos se acercó a los adolescentes y los amenazó con su espada.

—¿Cómo te atreves a hablarle así a Aquiles? ¿Ustedes quienes son? ¿A caso son espías troyanos?

—Calma Patroclo —dijo el hombre, sujetando la muñeca del otro obligándolo a bajar su arma—, no creo que sean de Troya... ni de por aquí

—¿Aquiles? ¿Patroclo? —repitió Tucker más confundido de lo que estaba, pero enseguida reconoció los nombres—. Oigan ¿qué hace poco no nos habló de ellos Lan...?

No termino de "meter la pata" porque sus amigas le taparon la boca y con los dientes apretados le susurraron que se callara. No obstante, Aquiles alcanzó a escuchar lo que dijo el único chico del grupo.

—¿Lan? ¿Es la persona que los envió aquí? —preguntó el héroe

—Eh... no. —contestó Danny, dejando a Sam mantener en silencio a Tucker—. Tiene razón, no somos de por aquí. Buscamos a alguien que nos robo un mapa y que, además, ocasionará estragos que pondrán en peligro su victoria contra los troyanos.

Eso último llamó la atención de Aquiles y sus hombres. A pesar de que el héroe no estaba interesado en ayudar en esa guerra, el escuchar una posibilidad de derrota lo hizo cambiar de opinión.

—¿Quién es la persona que buscan?

—Se llama...

—¡Mi señor!

Aquiles y Danny miraron hacia donde provenía la voz. Vieron a varios guerreros mirmidones correr hacia ellos y por la expresión de sus caras podían decir que traían malas noticias y eso puso en mayor alerta a la joven halfa.

«Tengo el mal presentimiento de que eso tiene que ver con Plasmius»

—¿Qué sucede? —preguntó Aquiles

—¡Tenemos problemas! Hemos escuchado que el dios Apolo apareció en la ciudad de Troya para apoyarlos

Los guerreros comenzaron a murmurar y Patroclo vio con preocupación a Aquiles, quien solamente estaba en silencio, procesando la noticia. En cuanto a los tres extraños, Danny y sus amigos comprendieron enseguida lo que pasaba: Plasmius engañó al rey Príamo y a su pueblo diciéndoles que él era un dios y que había ido a ayudarles a ganar la guerra.

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