Conociéndose

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Ya iba de camino de regreso a casa en su scooter motorizado, feliz de que finalmente lograría llegar antes de su toque de queda y no se metería en problemas por romperlo. No tendría estos problemas si no fuera porque tenía cosas "más importante que hacer" o como le solía decir a sus padres "cosas que hacer después de clases" o "actividades extracurriculares"; y eso se podía traducir a: Cacería de fantasmas.

Daniela "Danny" Fenton no era una chica normal de 14 años; para empezar no tenía una familia normal: sus padres eran unos "estrafalarios" cazadores de fantasma llamados Jack y Maddie Fenton. Su hermana mayor Jasmine "Jazz" a pesar de tener 16 años era mucho más madura que sus padres, aunque también era una sabelotodo prepotente y presumida (como ella solía pensar) y que siempre trata de entenderla usando la psicología. Bueno, eso era con respecto a su familia. Pero en cuanto a ella... Era una chica común y corriente hasta que un día entró al portal fantasma de sus padres para revisarlo y tuvo un accidente trayendo como consecuencia que se volviera mitad fantasma. Sí, su vida no era nada normal.

Ya estaba a unos metros de su casa y trataba de acelerar más su scooter.

—¡Por fin! Estoy llegando a casa a la hora, no hay fantasmas que me distraigan ni que me impidan llegar a las 10 —exclamó Danny, revisando su reloj digital. Eran 9:57 p.m.

Pero de pronto, un humo azul salió de su boca: su sentido fantasma. Revisó el cielo y vio tres buitres volando sobre la ciudad y revisando las casas.

—Tal parece que no. Going Ghost! —exclamó ocultándose detrás de un auto y transformándose en su alter ego fantasma Danny Phantom y volando hacia donde estaban las aves—. Pareciera como si estuvieran perdidos ¿no hay forma de que se vayan por donde vinieron? —le preguntó Danny a los buitres.

—¡Ocúpate de tus propios asuntos, Chica Fantasma! —contestó uno de ellos, el cual parecía ser el líder.

Las tres aves se alejaron de Phantom y entraron a un autobús vacío. Los siguió y vio que estaban discutiendo.

—Hemos estado dando vueltas por este pueblo por horas, estuviéramos llegando a Florida. Pide indicaciones —dijo un buitre con lentes oscuros

—Yo sé a dónde vamos —dijo el primer buitre

—Claro que no ¡Pregúntale! —exclamó un tercero señalando a Danny

—¿Preguntarme qué?

Las aves únicamente salieron del autobús y Danny los siguió hasta que uno de ellos soltó un suspiro y se le acercó.

—Estamos en una misión de búsqueda y destrucción. ¿Podrías ayudarnos a encontrar a este sujeto que debemos aniquilar? —y le mostró un pedazo de fotografía en la cual mostraba a...

—¿Papá? —exclamó sorprendida Danny

—¿Ves? Te dije que sabía dónde encontrarlo

Danny peleó contra los buitres y logró hacer que se fueran de Amity Park haciendo que por el camino soltaran la fotografía de su padre y ella lo atrapó al vuelo; no pudo sacar conjeturas porque por desgracia ya iba tarde de regreso a casa. Llegó lo más rápido que pudo y abrió la puerta lo más silencioso posible, pero sus padres ya la estaban esperando del otro lado con los brazos cruzados y el ceño fruncido.

—Tarde de nuevo, jovencita —dijo su padre con un tono de voz muy serio

—Rayos

Sus padres le indicaron que se sentara en el sillón cerca de Jazz, quien estaba sumergida en su lectura, pero ponía atención en la conversación de su familia.

—Danny esto se está volviendo un problema —dijo Maddie—. Constantemente llegas tarde a casa

—Reduces tus quehaceres —dijo Jack, mientras revisaba un tanque

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