Extra: Familia Halfa

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—¡Listo! ¡Quedo hermosa, Gran Señora! —dijo la fantasma Yeti

Era el día de la celebración de alianza. A pesar de que los halfas oficialmente eran reconocidos como iguales, algunos fantasmas aún los veían con malos ojos por lo que no fue fácil encontrar un lugar poder llevar a cabo la ceremonia. Fue así que Frostbite y su gente ofrecieron su reino para la alianza del primer y la segunda halfa; al principio Vlad no estaba convencido debido a su núcleo cálido, pero después de que el líder de los páramos congelados le aseguró que el salón principal donde se realizaría la ceremonia sería adaptado para que todos los fantasmas amigos de los halfas con núcleos cálidos, como el de Plasmius, pudieran disfrutar el evento sin problemas. Eso fue suficiente para Vlad.

La esposa de Frostbite, Hoarfrost (la cual Danny nunca había conocido sino después del Des-asteroide) estaba en ayudando a Phantom a arreglarse en la habitación principal del castillo de los páramos congelados.

—¿Y bien? ¿Qué opina? —preguntó Hoarfrost

La Phantom mayor estaba sentada ante un tocador antiguo de tres espejos. La Yeti la maquilló con colores claros que resaltaran su belleza, pero a la vez combinara con el lugar de hielo porque la chica fantasma tenía núcleo frio y, por ende, poderes criogénicos. En la Zona Fantasma también existía la costumbre de casarse de blanco, por lo que el vestido que usaba en ese momento era de sencillo, escote en V, mangas largas (de los hombros a los codos era de encaje y el resto semitransparente y suelto, con un bordado justo en el codo marcando una división entre las telas de la manga) un bordado pequeño y simple en la cintura y de ahí la tela del vestido era suelto. Una corona de cristales de hielo con forma de flores y zapatos blancos con detalle en azul hielo sobre su cabello suelto y en perfectas ondas que le llegaba a la cintura.

De algún modo su atuendo le recordaba a los que se describían en los cuentos de hadas, incluso se sentía como una ninfa o algo así (después de la experiencia del Concurso de Belleza con Aragón no quería tener nada que ver con las princesas)

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De algún modo su atuendo le recordaba a los que se describían en los cuentos de hadas, incluso se sentía como una ninfa o algo así (después de la experiencia del Concurso de Belleza con Aragón no quería tener nada que ver con las princesas).

—Es... hermoso —respondió por fin Danny. Miró sobre su hombro a la Yeti y le sonrió—. Muchas gracias, Hoarfrost.

—No hay de que, Gran Señora —correspondió la fantasma. Tomó a Phantom de los hombros y las dos miraron sus reflejos en el espejo del centro—. Usted es hermosa por dentro y esa belleza se refleja perfectamente en su exterior, yo solamente le di una pequeña ayuda para que saliera

Danny sonrió ante el comentario, pero debía reconocer que Hoarfrost tenía razón; se venía hermosa, y lo más importante, se sentía hermosa. Lo que más la ponía feliz era imaginarse la cara de Vlad cuando la viera. Tocaron la puerta, la Yeti dio permiso para entrar y una Yeti joven se asomó por la puerta.

—Disculpen la interrupción, pero ya casi es hora. —anunció la joven mucama

—Gracias, Neve —agradeció Hoarfrost—. Enseguida bajamos

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