Jungla Urbana

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—¡Con más fuerza, Daniela! ¡Ese no es tu cien por ciento!

Vlad y Danny estaban en entrenamiento, pero en su forma humana. Tomo tiempo, pero finalmente la azabache pudo seguir adelante después de lo ocurrido con Dash. Gracias a eso la motivo a querer hacerse más fuerte (física y mentalmente) tanto como Fenton como Phantom. Por eso mismo estaba practicando los nuevos movimientos de artes marciales que el platinado le enseño con un muñeco de prueba. A pesar de estar con las manos vendadas para protegerse, ya le estaban doliendo; no obstante, tenía que soportar el dolor si quería ser lo suficientemente fuerte para protegerse y también a sus seres queridos.

Dio el último golpe al muñeco de prueba derribándolo, con eso Vlad dio la indicación a Danny para que se detuviera. Agradecida por al fin descansar, la azabache se dejó caer de sentón en el suelo respirando entrecortadamente debido a lo exhausta que estaba. El platinado hizo anotaciones en su tablet, la dejó en la mesita de campo —que llevó al cuarto de entrenamiento—, tomó una botella de agua, una toalla y se acercó a la agotada chica.

—Cada vez vas mejorando mucho, pequeña tejón. Estoy orgulloso de ti. —dijo el mayor acuclillándose junto a ella tendiéndole la botella de agua y toalla

—Gracias, Vlad —contestó la chica con una sonrisa aceptando las cosas

Se pasó la toalla por el rostro y cuello y después abrió la botella y bebió dando grandes tragos.

—Tranquila, pequeña. —dijo el mayor acompañado de una risa por la acción de la azabache—. Hay varias botellas, no se irá a ningún lado el agua

—Lo sé, lo siento. —se disculpó la joven, secándose el agua que escapaba por la comisura de sus labios con el dorso de la mano—. Es solo que estoy cansada y tengo mucha sed.

—Es comprensible, pequeña —Vlad se levantó y fue hacia la mesita por la tablet. La tomó y regresó junto a Daniela, sentándose a su lado—. Mira cuanto has progresado en tan poco tiempo.

La azabache vio el aparato y le sorprendió ver que, efectivamente, su rendimiento físico incrementó. Volvió la mirada hacia el mayor, quien le sonreía y se veía el orgullo en sus ojos. La chica le sonrió y recargó su cabeza en el hombro del platinado.

Estuvieron así unos minutos hasta que de pronto Vlad sintió una onda de energía provenir de Daniela a la vez que la chica se alejaba de él y se abrazaba a sí misma.

—Daniela ¿estás bien?

—Sí, solo que de repente me dio frío

El mayor volvió su mirada hacia las puertas y ventanas del cuarto de entrenamiento, pero todo estaba cerrado. Reviso en la tablet el termostato del lugar y la temperatura estaba bien; de pronto recordó esa energía emanar de ella y una idea se le vino a la cabeza.

—Daniela

—¿Dime?

—De casualidad... ¿sientes diferente tu energía espectral? Como si algo nuevo saliera de esta

La chica miró confundida al platinado. Reviso su energía como Vlad le enseñó, pero no encontró nada extraño o fuera de lugar.

—No, todo está en orden. ¿Por qué?

—Nada en especial. Solo que antes de que te incorporaras sentí algo peculiar en tus poderes

—Ah. No, no hay nada. Pero sabes que si algo pasa te avisare ¿de acuerdo?

—Sí, pequeña

Recogieron todo lo que usaron para el entrenamiento. Una vez el lugar ordenado, salieron y fueron a la cocina para almorzar; al llegar se encontraron con un almuerzo balanceado, y no solo en sentido nutricional, sino que estaba compuesto por alimentos de origen humano y fantasmal.

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