ALTA MAR.

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RAYITA.

Creo que recuerdo un poco, aquel día en el que Astoria Greengrass vino a la casa Malfoy a contarnos lo que estaba pasando. Y si, mencionó la palabra islas. Así que no es muy sorprendente del todo. Pero lo complica un poco. De hecho, tengo que hablar con Draco sobre el lugar exacto donde debemos ir.

No quiero meterme en el fuego cruzado de nadie. Mucho menos toparme con Harry. Es cierto que no le dije nada sobre el viaje ni he mentido, pero no creo que ponerme en peligro lo ponga del mejor humor. Si estuviéramos en el lugar del otro, yo también estuviera preocupada por donde se mete.

Y en todo caso, ya lo estoy. Pero no tengo la idea grafica de todos los lugares recónditos en los que se inmiscuye. Y creo que, como él sabe de peligro, lo único que espera es que yo no le dé otra preocupación. Como mínimo, que no me ponga en riesgo.

Yo, sin embargo, aquí estoy, sentada tomando el té con el capitán de un barco que, estoy segura, no está regulado. Trasportando a no sé quién, con no sé qué, a no sé dónde. Astoria habló también sobre la existencia de piratas. Es entonces cuando caigo en la cuenta de que tal vez, solo tal vez, esté al lado de uno.

—¿Acaso es... algo muy fuerte? —no creo tener estomago para escuchar historias de sangre ahora.

Los calambres de mi vientre se atenúan. Me dejan seguir.

—Bueno, le contaré sin detalles siniestros. No quiero afectar su sensibilidad. No después de comer.

—Está bien, pero ¿podría tener un poco más de té?

La tetera flotó hacia mí y me llenó la taza.

—Por su puesto. Pida todo lo que quiera.

—Gracias.

Se acomodó en su lugar y dejó descansar los brazos sobre la mesa.

—Bueno, como ya había dicho, son seis islas. Me gusta pensar que están divididas en dos grupos, las menos y las más peligrosas. Por ejemplo; la isla fósil, a donde vamos ahora. Esa, es la más poblada de las seis. He pasado la mayor parte de mi vida en ese lugar.

No quiero interrumpir, pero, tengo muchas preguntas.

—Debió ser fantástico.

—¿el qué? —preguntó él.

—vivir en una isla.

—¿Acaso Inglaterra no es una isla?

Me quedé en silencio un momento. He de parecer una estúpida ignorante.

—ah, sí. Aunque a veces parece inmensa. Me refería a algo más pequeño.

—si—asintió — puede sonar como algo lindo. Un lugar alejado de todo y de todos. ¿sabía usted que no conocemos la mayoría de las nuevas reformas mágicas? Nada de esas escobas de lujo ni esas varitas pulidas como la que usted tiene.

—¿En serio? Entonces, ¿Qué utilizan ustedes?

Él sonríe nervioso. Debe estar buscando la mejor manera de explicarle a un extraño como funciona su mundo.

—Si tenemos varitas, pero nosotros mismos las fabricamos. Por eso no tienen esos acabados como el suyo.



Se levantó y sacó de su pantalón un trozo de madera con el mango angosto y el otro extremo puntiagudo. Me la ofreció para que yo la viera de cerca. Realmente puede ser como cualquier rama de árbol. La agito un poco y algunas chispas salieron disparadas. Es una varita mágica, como cualquier otra.

—Increíble

—Ya ve. Nos las arreglamos como podemos.

—¿Y las hacen en la isla fósil?

PACTOS INESCRITOS {H.P, D.M. Y TU}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora