PACTOS INESCRITOS P2.

378 42 25
                                    

RAYITA.

Se que no puedo gozar de esto por mucho. Pero al menos, se que ya soy casi libre. Que estando con Harry, puedo irme de aquí, finalmente. Pero si él dice que se va tras Malfoy, eso me deja un vacío y una tremenda preocupación por su bienestar. Y alguien lo nota.

Mira su reloj imaginario y ambos fijamos la vista hacia el mismo sitio, hacia donde Harry se fue.

Esta impaciente, como yo.

—¿Qué pasa? — pregunto.

—Nada—replica.

Yo no me quedo con esa respuesta.

—Se que algo me quieres decir, y yo también tengo preguntas.

Nada—se encoge de hombros —solo estoy viendo cuanto tardas antes de ir tras él.

—No voy a ir tras él. Me dijo que me quedara aquí, a salvo, y eso haré.

Él asintió y sé que se está burlando.

—claro.

Nos quedamos en la orilla, buscamos un poco de sombra y nos mantuvimos alerta ante cualquier señal de ataque. No sé si nadie más sobrevivió, no veo mas que piedras y ceniza. Se que tampoco vamos a quedarnos aquí mucho tiempo, no hay refugio ni comida. Así que debemos movernos.

Lo más sensato es ir al sur, esperar por Harry allí.

Así que me pongo de pie para buscar la forma de cruzar.

Pero algo pasa por mi mente.

—¿Qué es eso que debes?

—¿Qué? —preguntó Theo.

—Harry mencionó una deuda. ¿A qué se refería con eso?

Sus labios se sellaron y se volteo al mar.

—Le dije que si le ayudaba con Lucius él me ayudaba con una cosa, pero, no quiero hablar de eso ahora. No quiero acordarme.

—¿Hiciste algo malo? ¿Pansy está en problemas?

—No—dice medio nervioso. —De todos modos, él dijo que ya cumplí, o lo estoy haciendo mientras te tenga a salvo.

—No quiero que Harry esté solo, Theo. Si... tan solo pudiera ayudarle aunque no me acerque.

—¿puedes?

—¿Qué?

—¿puedes... podríamos ayudarlo... sin exponerte?

Yo lo pienso un poco.

—Yo creo.

Lo único que tengo que hacer es sellar el taller de John. No dejar que Lucius robe nada.

—No... mira, olvídalo, ¿sí? No quiero meterme en problemas con Potter por arriesgarnos.

—¿Me detendrías? —le pregunto con cuidado. Y ya lo he puesto en alerta. —¿Y si fuera Pansy? ¿acaso no irías tras ella?

—No quieras chantajearme _______ no voy a caer.

—Entonces no me detengas.

Cruzamos el océano a brazo limpio esta mañana, John y yo. Ahora, vuelvo sola. Me adentro lo suficiente y el agua ha recibido el calor del sol para entibiarse.

—¡No me hagas ir por ti! —dice mi guardián.

—¡No necesito niñeros!

No es una distancia muy larga, pero estoy mucho mas cansada que esta mañana. Y siento que la corriente me empieza a arrastrar un poco que tengo que dar todo de mí para que no me redireccione.

PACTOS INESCRITOS {H.P, D.M. Y TU}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora