Rayita.
De repente, sentí como si un hueco en el estomago se expandiera. Quiero devolver lo que he comido. La adrenalina se apodera de mí y trato de mantenerme en calma para no levantar sospechas.
—Ah, bueno en ese caso. Creo que iré por mis cosas.
Adam y su compañero seguían sin alterarse demasiado.
—No vas a acercarte ¿o sí? —me pregunta Adam y me quedo pensando.
Mi brújula está rota, no tengo ni idea de cual es mi rumbo ni nada, ni siquiera tengo un plan. Todo lo sabe Malfoy.
—¿ustedes que harán? —interrogo, pero estoy segura de que no me dirán.
—Seguiremos adelante después de esta tarde —dice Adam.
—No hay mucho que ver por estos lados de todos modos—agregó el otro hombre.
—¿No se quedarán a ver que pasa con los aurores?
Se miraron el uno al otro.
Se que están cuidando mucho lo que saben. Que no me lo dirán ni por muy bien que nos llevemos.
—No, ya sabemos bien lo que están haciendo.
—Bueno—dije. Quiero ponerme en marcha. —Nos vemos en el norte entonces.
Ambos asintieron.
Con un apretón de manos me despedí de ambos y les agradecí por la comida. La carne me ha dejado los labios un poco pegajosos y tengo mucha sed. Voy de vuelta con los otros. Ni me preocupo por si Adam y su amigo me ven, ya sé que saben que vengo con Malfoy.
Draco y el guía siguen debajo de la sombra de un árbol. El rubio me ve y se pone de pie de inmediato.
—¿Qué te dijeron? —pregunta rápidamente. En dos pasos ya está enfrente de mí.
—¿Qué? —replico. Estoy metida en mis pensamientos.
Levanta con cuidado mi rostro, solo usando la punta de sus dedos.
—Estás pálida. ¿Qué ha pasado? —vuelve a cuestionar. Está vez, noto la urgencia en su voz.
—Ya vienen los aurores. —dije por lo bajo. Como si levantar la voz los trajera más rápido.
Por un momento, solo era el sonido de los arboles y las aves.
—¿Estás segura?
—¿Los sureños vienen? —el miedo en la voz de Scott me sorprende. Le tiemblan las manos y no se mantiene quieto en un solo lugar. Él no se ha pasmado como Draco. Creo que en cualquier momento saldrá corriendo.
—Si—digo dirigiéndome a él —pero, está bien. Ellos son de los nuestros.
—No son de los míos—me recrimina.
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PACTOS INESCRITOS {H.P, D.M. Y TU}
Fiksi PenggemarTERCERA PARTE DE "ESCRITO CON MAGIA" "AQUÍ TODO CAMBIA"