LA SACERDOTISA.

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NARRADOR.

Lucius Malfoy tenía demasiada fe en su plan. Por que esperaba más de lo que había dicho. Pero como buen estratega, no podía hablar de más. Incluso aunque fuese con sus propios colegas. Aun así, tomaba por ingenuo y tonto a Freeman. Creía que este no tendría problema con que él se quedara con todo.

Una impresión que no puede estar más errónea.

Cuando las puertas se abrieron, dándole paso a John, este se apresuró a servirse un trago.

—He estado todo el día esperando por noticias tuyas.

—¿Qué quieres escuchar primero?

—Voy directo al punto. ¿Qué información has obtenido de ella? —preguntó Malfoy con ansias.

—No mucha. Según ella, no recuerda este lugar.

—¿Y es cierto?

—¡Yo que sé! Podría o no estar mintiendo.

—¿No tienes algo para hacerla hablar?

—Tengo al menos seis cosas que la harían cantar como un gorrión.

—¡¿Y entonces?!

—Entonces, solo quiero darle un poco de tiempo y espacio, para que lo haga por si misma.

—¡No tenemos espacio ni tiempo! Tenemos a los aurores rodeando este lugar. Cualquiera de estos días tocarán a la puerta.

—Pensé que habías mandado una distracción.

—No funcionará por mucho tiempo. —dijo Lucius con exasperación — Los que enviamos eran miserables, ya tenían los días contados de por sí. Una presa fácil para esas hienas.

—¿Y no tienes otro lote de esclavos que enviarles?

—Me temo que si enviamos más, nos quedaremos sin manos para trabajar allá abajo.

Freeman suspiró con cansancio.

—Déjame a la chica unos días. La tendré allá abajo, conmigo, estará segura.

—Gypsy me dijo que no querías que la vigilara.

—No me gusta que esa sombra me ande rondando cerca. No tiene ni el conocimiento ni la autoridad para estar metiendo sus narices en mis asuntos. Así que mantenla alejada de mi taller, si no quieres que la transforme en una gárgola.

Freeman abandonó la habitación dejando a Malfoy solo y sin respuestas.




RAYITA.

Entre tanta cosa, con todos estos gases emanando de los calderos y demás, me siento un poco mareada. Además de que el calor no ayuda, y hay que agregarle que la humedad se siente en cada rincón. Estoy segura que en cualquier momento vendrá aquella mujer a llevarme de nuevo a mi habitación.

Pero el que llega es otro.

—¿Hablaste con Malfoy?

Por como luce parece que la conversación no sé llevó en los mejores términos.

—Si. —Me mira un momento —¿Y tú que tienes?

—¿Qué?

Solo siento como si el suelo se moviera ligeramente debajo.

—Aleía estás pálida.

—Hace calor—le digo.

Él asiente despacio.

PACTOS INESCRITOS {H.P, D.M. Y TU}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora