PACTOS INESCRITOS {H.P, D.M. Y TU}

DECISIONES APRESURADAS.

HARRY.

No pasó desapercibido para nadie. Pero no hay rastro de persona alguna cerca de aquí. Incluso Nott parecía sorprendido. Volteaba de vez en cuando mientras andábamos. Miraba sobre el horizonte. Hacia donde había dejado a Parkinson. Como si todavía pudiese verla desde lejos.

Me prometí a mí mismo volverlos a reunir. Porque ahora no es solo el bienestar de ella y de su hijo de quien se trata, sino de asegurarse de que Nott vuelva con ellos. Pero que la tierra se moviera debajo de nosotros, no estaba contemplado en el plan.

—¿Crees que fue provocado? —me pregunta.

A lo lejos vimos como una serpiente de humo subía desde la punta del volcán.

—Cualquier cosa pudo haber sido. No sabemos mucho de estos lados. Y esa isla en particular... es en la que menos hemos indagado.

—Me da la impresión de que este lugar es muy pequeño como para tener tantos misterios. —comenta cuando nos detenemos. Hemos caminado sin parar por horas.

—Ciertamente. Tiene demasiados lugares para ocultarse, de eso no tengo duda. —digo sin ánimos. No puedo dejar de pensar en ______. En qué rincón de este salvaje lugar estará metida.

—Ya casi anochece. Será mejor que busquemos un lugar para dormir.

—Tal vez debamos pasar la noche cerca de la playa. Si hay un derrumbe, no quisiera estar cerca de ninguna montaña.

—Usted manda, jefe. —Nott preparó un par de ramas donde ocultarnos y cenamos sin fogata, estamos demasiado expuestos ahora.

Él se sienta finalmente, agotado. Y se queda mirando al frente.

—Entonces... ¿esa es?

Yo asiento.

—Así es—respondo —esa que ves ahí, es la isla norte.

RAYITA.

Aun estando dormida, sentí el frio en la mejilla. Pero como lo sentí reconfortante, no le hice mucho caso. Hasta que mi cerebro se activó. Y abrí los ojos. Una cosa pegajosa y fresca está untada a mi piel. Huele a menta y resina.

Debajo de esta, el hueso de mi pómulo duele y ese dolor se extiende hasta detrás de mi ojo izquierdo. Justo donde fue el golpe. Trato de incorporarme y me punza la cabeza.

—No te levantes.

Estoy en la cama que John me ha adaptado en el taller. Y él está aquí. No sé porque lo hago, pero lo abrazo. Y lloro. Aunque me duela la cara.

—Malfoy... —mi voz ronca raspa mi garganta.

—Lo sé. Lo lamento. —se aparta para ver el daño —te prometí que no te tocaría y mírate.

Tocó mi cuello y me aparté en cuanto sentí dolor.

Incluso mi mandíbula está un poco rígida. Tengo que moverla un poco para que pueda hablar.

—Pensé que te había pasado algo...

Su cara de preocupación no oculta nada.

—Hubo un ataque. Los del sur... ellos ya están utilizando equipo pesado en esto... pero eso no importa, ______ mírate, ¡tengo que sacarte de aquí cuanto antes! —Se pone de pie y ve como han quedado algunas cosas. Después se vuelve a mí de nuevo —¿has visto un recuerdo gris?