SAQUEO.

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RAYITA.

Me pregunto ¿Cuánto tiempo más dudara esto? Hace tiempo que llevo deseando mi muerte. Hay algo retorcido en ello que altera mi curiosidad. ¿Me dolería? Quiero decir, ya estuve muerta unos minutos hace meses. No recuerdo mucho de mi estado físico, cuando volví a la conciencia, todo dolía. Y sané, y todo pasó.

Pero ¿Acaso tendré paz alguna vez? ¿Podría conservar dicha paz por mucho? ¿Cuánto? ¿Qué debo pagar por ello?

Yo tengo el cansancio para toda una vida. Drenada de cualquier gana de vivir. Ya no tengo un sueño por el que luchar. Ni un lugar en el cual yo pueda reposar y llamar hogar. Soy extranjera en el mundo. Estoy simplemente terminada. Así que, Malfoy puede hace de mi lo que su voluntad le mande.

Ya no pongo objeción, ni me retuerzo de su agarre para zafarme. Me lleva a un salón amplio y vacio. Algunas escasas vasijas vacías mal acomodadas acompañan la alfombra marrón que está puesta en el medio. Hay una línea de ventanas en la parte lateral de una pared que sirve de tragaluz para iluminar la habitación.

Malfoy padre no me ata de las manos. No veo que intente someterme. Solo me deja ahí, sola. Luego de algunos minutos, escucho pasos.

—Quero que esto se termine pronto señorita Peek, tanto como usted. Ya no nos queda mucho tiempo así que, esta es mi despedida.

De entre sus piernas se escabullo una bola asquerosa de pelo gris y café. Era ese gato de nuevo, Lenny. Tomó su forma humana y se acercó en medio del lugar. Yo retrocedí un paso.

—Señorita Peek —cantó el tipo, su risa hizo eco en las paredes.

Lucius ya se veía cansado. Refleja en su semblante un deje de derrota.

—Quiero que haga memoria señorita Peek—volvió a hablar Malfoy —A una fecha muy exacta. Cuando vivías en mi mansión. Una vez... cuando te fuiste de paseo a tu vieja casa. La que quedó hecha cenizas ¿Lo recuerdas?

—Si—asentí.

La única vez que visité lo que quedaba del hogar de toda mi vida. Llena de tantos recuerdos que se redujeron a escombros.

—Bueno—continuó—ese día, mientras yo visitaba a mi mediocre hijo, usted encontró en su casa un secreto—trato de recordar un poco—algo que, según un testigo, usted no sabía de su... existencia.

Me resisto a mentir, pero todavía queda en mi sistema los rezagos de todo lo que inhale en la cueva. Así que no me torturo tanto y hablo.

—¿Lo que estaba en aquella repisa? Si, lo recuerdo. ¿Que con ello?

El rostro de Lucius se ilumino.

—¿Podría compartirnos el contenido hallado?

—Eran papeles. Escritos de mi padre.

La inquietud de Lenny me ponía mas de nervios.

—¿Es acaso lo que creemos? ¿Los papeles de propiedad?

—No—dije de inmediato—ni de lejos pareciese que fueran eso. Estaban en Gales, pero no decía nada de eso.

—Entonces que escondía tu padre ahí?

—Yo...—me puse a pensar un momento—¿Cómo supiste que estuve en mi casa ese día? ¿No acabas de decir que estuviste con Draco? ¿Quién era ese testigo?

Lucius sonrió de medio lado.

—Hace mucho que tengo planeado esto miss Peek. Sabía perfectamente que tu familia estaba inmiscuida en este negocio. Todos ustedes son unos traficantes de primera. Incluso pasaron desapercibidos para el señor obscuro por mucho tiempo. Astuto tu padre, debo decir. Pero cuando me hice de aliados en Azkaban, sabía que debía idear un plan. Uno sin fallas. Al principio parecía fácil. Hasta que el ministerio lo notó.

PACTOS INESCRITOS {H.P, D.M. Y TU}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora