ACERCAMIENTO.

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RAYITA.

Sobre la cubierta, en la parte frontal donde está la punta que parte las olas, el viento golpea la piel sin piedad. Es tan fuerte que incluso respirar se vuelve difícil. Da un poco de miedo, para ser francos. Un empujón del mar y me iría por el precipicio. A pesar de la baranda.

Hay un par de nubes sobre nosotros, pero cuando abren espacio entre ellas, puedo ver las estrellas, tan brillantes y claras, que parecen que caerán sobre mi cabeza. Es un lugar pacifico, aunque estemos yendo recio. Y a pesar del ruido que provoca el mar contra la carcaza del barco, escucho una voz.

"Lirio, que buscas alivio,

Que buscas ayuda, en medio del mar.

Mira, sus ojos de cielo,

Invierno con hielo,

Que quiero amar."

Es la misma canción que cantaba Richard, el capitán, esta tarde. Pero no es él, eso es seguro.

"En la tormenta me encuentras,

Mira la lluvia se azota y mis hojas se sueltan,

Giran y giran,

Para volar al jamás."

La voz es tan suave. Como si la cantara una niña. Pero al girarme no hay nadie. Afuera en cubierta solo estoy yo. Mirar al frente del barco, hacía donde vamos, no hay nada más que agua iluminada por la luna. Hasta que algo toma una forma a mi lado.

Por un momento pensé que alguien, se había aparecido junto a mí. Pero al ver que no es completamente sólido, entonces creo que estoy delante de un fantasma.

—¿tu eres quien cantaba? —pregunté.

—¿me has escuchado? —replicó.

Asentí.

En vida, debió haber tenido la piel más blanca de todas. Porque ahora se ve tan pálida como la nieve. Viste un vestido de flores, largo. Y lleva el cabello suelto y medio rizado que se mueve de un lado a otro. Es como si el viento estuviera soplándole realmente. Lleva en su cuello un pañuelo. El mismo que traigo yo en mi cabello.

Ante mi asentimiento, ella se miró un poco.

—Hace mucho que no vengo. —movía sus manos con el viento.

—Tu eres Rosie ¿no es así?

Me observó por un momento con unos ojos llenos de ilusión.

—¿Él te ha hablado de mí? —no me dejó contestar —sí, lo sé. Sé que lo ha hecho. Hace mucho que no le decía a nadie. Es por eso que estoy aquí. Suponía que ya no lo iba a hacer.

—Si él no te menciona ¿tu desapareces?

—Es que pensé, que ya no me necesitaba. Nunca lo he dejado mirarme. No sería bueno para su alma.

—Él me contó lo que te pasó. Lo siento.

Se quedó mirando hacia el mar, dándome la espalda.

—No se cuanto tiempo ha pasado. Cuando mueres, el tiempo deja de ser como era. Solo recuerdo que estaba enferma. Y que morí en este mismo lugar.

—Yo también morí—dije. —Pero, sé que es diferente.

—Falleces con el ultimo sentimiento que hay en ti. En mi caso, morí enamorada y al mismo tiempo, preocupada por Richard. Por eso no me voy. Me he quedado vagando para ver por él.

PACTOS INESCRITOS {H.P, D.M. Y TU}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora