La historia de una Black en Slytherin que no continuó con la fama de su familia. No repudiaba a los muggles tampoco se interesaba en las artes oscuras, no se creía superior por ser sangre pura y no le interesaba mantener la pureza.
Se había hecho...
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FIRST ACT
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Lara mordía nerviosamente su labio inferior conteniendo su alegría y nerviosismo por volver a Hogwarts, no podía evitarlo, no después de la carta que el colegio le había enviado durante las vacaciones de verano donde la nombraban prefecta de Slytherin y capitana del equipo de quidditch. Para los padres de Lara fue todo un orgullo, a su padre le enorgullecía más que fuera capitana del equipo y a su madre le enorgullecía más que fuera prefecta.
Había anhelado desde el primer momento en que formó parte del equipo de quidditch ser algún día su capitana, pero le resultaba un sueño muy lejano ya que era la única chica en el equipo y era muy poco probable que su antecesor, Marcus Flint se fijará en ella para dejarle su puesto.
La pasión de Lara por el quidditch era más grande que ella y su padre tenía toda la culpa. Marius era un gran aficionado del deporte y en su tiempo como estudiante de Hogwarts fue un miembro destacable del equipo de quidditch de Slytherin por lo cual esa pasión le fue heredada, tanto así que una pequeña Lara de apenas 5 años le pidió a su padre que le enseñara a jugar quidditch.
—¿Emocionada? —Marius rodeó con su brazo el hombro de su hija, zarandeándola un poco
—Algo —separó su cuerpo del de su padre— No es nada
—De acuerdo —Elinor, su madre miró a ambos lados de la estación disimuladamente— Bien es hora
Lara dirigió la vista hacia su padre quien le guiñó el ojo y seguido a esto abrazó a su madre del mismo modo en el que lo había hecho con ella, no debía seguir perdiendo el tiempo así que corrió hacia el muro que separaba al andén 9 y 10 traspasándolo y llegando al andén 9¾ donde se encontraban varios estudiantes de Hogwarts acompañados por sus padres.
—Aún faltan —Marius buscó su reloj de bolsillo en las bolsas de su pantalón de vestir y lo sacó— Faltan 5 minutos dulzura
—Bien —suspiró pesadamente dejando caer un mechón castaño claro en su rostro— No puedo creer que la enviaras a dormir pasada la media noche
—Tenía que darle unas tácticas de juego que le vendrán bien para el equipo —se excusó— Era completamente necesario que lo hiciera
—Solo quiero que ella tenga un buen inicio de quinto año, este es un año importante
Lara miraba la escena de sus padres con diversión desde un par de metros y con su vista periférica pudo visualizar un par de cabelleras rojas con una cabellera oscura con rastas, de inmediato supo de quien se trataba.
Volvió la vista hacia sus padres que hablaban más íntimamente y prefirió ir hacia los chicos.
—¡Pequeña Black! —saludó Fred, haciendo como que media su estatura con una que según él era la que había tenido hacia unos meses— ¿Has crecido este verano?
