La historia de una Black en Slytherin que no continuó con la fama de su familia. No repudiaba a los muggles tampoco se interesaba en las artes oscuras, no se creía superior por ser sangre pura y no le interesaba mantener la pureza.
Se había hecho...
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CUARTO ACTO
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Sostenía con ambas manos la taza de té que Oliver había acabado de prepararle.
A decir verdad él se sentía igual de confundido que ella. Él nunca habría imaginado que la chica que había permanecido durante toda esa semana en sus pensamientos estaría en su sala, frente a él y con un criminal en brazos.
Lara por otra parte ni siquiera había reaccionado de alguna manera después de ver al que un día fue la razón de su sonrisa, en realidad nada podía importarle menos. Lo primero que hizo al llegar fue recostar a Sirius sobre el sofá mientras se aseguraba de que Sirius siguiera respirando, no fue hasta que pasaron un par de minutos que Oliver se atrevió a romper el silencio ofreciéndole una taza de té.
—Así que Sirius no es un asesino, pero tuvo que esconderse para evitar el beso del dementor —Lara asintió— Y ahora Harry tiene visiones y en una de ellas lo vio en peligro por lo que fueron al lugar de la visión, fueron al departamento de misterios, pero era una trampa de los mortifagos y ahora esta inconsciente por haberse enfrentado a Bellatrix Lestrange. Vaya... y dices que todo paso entre hoy y ayer ¿No?
—Según parece, me desmayé y perdí la noción del tiempo —dijo Lara con voz gangosa
—Un cumpleaños bastante agitado —mencionó Oliver, pasándole una servilleta y por un segundo Lara pensó en algo más que no fuera Sirius. ¿Realmente creyó que el obsequio de Fred y George era simplemente un presente para recordarlos? Era demasiado cursi incluso para el momento y ahora le hacia sentido el "no puedo esperar por ir a nuestro dormitorio" de Leah—¿Qué crees que tenga? —preguntó Oliver, desviando la conversación
—No lo sé —Lara recibió la servilleta y limpió sus lagrimas— Siento haberme aparecido aquí, en tu casa y llorando como una loca sobre un cuerpo
Oliver la calló y le dio una dulce sonrisa— No tienes que disculparte, en realidad estoy agradecido de que terminaras aquí y no en un callejón, además recuerdas que en una carta dije que este lugar estaría siempre para ti mientras yo viviera aquí
—Bueno en ese entonces aun... —Lara llevó la taza a sus labios y tomo un buen sorbo del té en un intento de dar por terminado aquella conversación— De todas formas, te agradezco por todo y no quiero causar más molestias así que
—Espera ¿Dónde iras? —interrumpió— ¿Volverás a Hogwarts?
Si ella también quería saber dónde iría. Estaba segura que no volvería al colegio, no dejaría a Sirius y no quería saber lo que pasaría si sus padres se enteraban de lo que había hecho. Oliver parecía haber leído sus pensamientos.
