XXXI

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SECOND ACT

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Lara había tachado en el calendario de su habitación los días anteriores a la final de la copa mundial de quidditch, esperando a que el día llegara. Iría con su padre como prometió hacía unos meses y con los Weasley según su padre le informó la noche anterior.

Despertó somnolienta en la madrugada, porque por más emocionada que estuviera apreciaba mucho dormir, sin embargo, estuvo lista en poco tiempo.

—Lara, hija baja con tus cosas, tu padre está listo —gritó su madre desde el piso de abajo

—Voy —vociferó mientras tomaba su bolso de viaje de la cama

La avena con frutas que su madre le dio en la mañana la había llenado de energía, tanta que seguro podría subir la colina antes que Fred y George que tenían bastante ventaja por su altura, y pensar en eso le recordó en meter un par de caramelos longuilinguo.

—Vayan con cuidado por favor —pidió la mujer que seguían con su larga bata de seda atada en su cintura— Mantente siempre junto con tu padre por favor

—Te veo luego mamá —dijo abrazando a su madre— Vamos papá, los Weasley deben estar esperando

—En realidad nos encontraremos con ellos en la colina —habló Marius con voz ronca— Arthur me ha pedido que nos veamos ahí, llevará a la familia completa, pero de todos modos esta es la hora perfecta para partir

Ella asintió mientras se despedía nuevamente de su madre y después de escuchar la puerta abrirse salió de casa.

La mañana estaba fresca y la luna creciente aún se divisaba en el horizonte quizá era por la hora, pero nunca había sentido tanto frio en Ottery st catchpole, ahora agradecía a su madre por insistirles en traer un suéter de lana y un abrigo pues se había convertido en su salvación en esos momentos.

Los Black caminaban con rapidez, tanta que ella ni siquiera notó que estaban saliendo del solitario y silencioso pueblito alumbrado por farolas, sin embargo, cuando iniciaron a subir la colina de Stoatshead el paso de ambos se ralentizó. Difícilmente subía por la empinada colina intentando mantener su respiración constante, evitando tropezar con las escondidas madrigueras de conejos o con las espesas matas de hierba.

—¿Falta mucho para llegar a la cima? —preguntó Lara con un hilo de voz

—¿Quieres tomar un descanso cariño? —consultó su padre que sonaba como si solo hubiera ido a dar un paseo por una pradera. Negó con la cabeza jadeando y de pronto sintió el terreno aplanarse— Descansa, buscare el traslador

Marius inspeccionó el lugar, perdiéndose de la vista de su hija en un momento, pero de pronto oyó como la llamaba desde unos cuantos metros de distancia. Estaba muchísimo mejor con el corto descanso que tuvo así que sin problemas subió hacia donde se encontraba su padre acompañado de un hombre de rostro rubicundo, alto y barbado escasamente.

FLAWLESS | Oliver WoodDonde viven las historias. Descúbrelo ahora