FLAWLESS | Oliver Wood

XXVII

WAY TO THE CASTLE

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A menos de una semana del partido contra Hufflepuff el equipo de quidditch de Slytherin se preparaba más que nunca para el sábado, especialmente Lara que cada vez buscaba que con cada practica el equipo se hiciera más fuerte y fuera el mejor y así era porque en todo su tiempo como capitana jamás había confiado tanto en su equipo, pero no se conformaba con ello, no ahora que estaba tan cerca de la final en lo que podría ser un invicto.

—Hemos estado practicando muy duro estas semanas —se dirigió hacia la fila de jugadores cansados que se organizaba— Me han sorprendido mucho en todo este tiempo y me parece justo darles un respiro hasta el sábado

—¿Se siente bien capitana?, Estás muy pálida —preguntó Theodore Nott al verla ojerosa y sin color, lo cual se debía a lo poco que había descansado en estas semanas por todas las cosas que se aproximaban

—No es nada Nott, salgan y descansen

Después de que la mayoría de los chicos se fueron, Lara pudo bajar la guardia y dejó a sus músculos relajarse, sintió un inmenso dolor en sus omoplatos y sus rodillas apenas podían sostenerla por lo temblorosas que estaban, hacía más de lo que debía, pero no era importante para ese momento.

—Bien hecho capitana —dijo Adrián, mientras la abrazaba por los hombros

—Pucey ve a darte una ducha —habló Lara con molestia, empujándolo con ambas manos en su pecho con la poca fuerza que poseía en el momento— Hueles fatal

—Tú también hueles mal —añadió Thaddeus

Lara le dio una mirada asesina que enmudeció al chico— Guardare el baúl y los veré en la sala común, espero que hasta ese entonces huelan mejor

La serpiente se dio la vuelta y escuchó las voces de los chicos perderse entre la inmensidad del estadio al igual que sus pisadas, esperando que estuvieran fuera, Lara volvió a montar en su escoba ignorando su dolor y usando esto como una oportunidad para practicar su vuelo.

Volaba por los aires como una libre ave, dejándose llevar por la adrenalina y disfrutando de la brisa que golpeaba su rostro. El dolor parecía desaparecer en cuanto más tiempo pasaba en los aires, sentía a sus músculos alojarse pero pronto tuvo que detenerse por las nubes grises que se aproximaban.

Llevó el baúl al lugar donde guardaban el equipo y la lluvia comenzó a caer con más fuerza. No sabía si sería una buena idea quedarse esperando a que escampara o si era mejor irse antes de que empeorara el tiempo, pero luego de pensárselo y de ver que el frio empeoraba y que la lluvia se intensificaba, decidió correr hacia el castillo. Estaba a medio camino ya con su ropa totalmente empapada y sus zapatos enlodados, caminando porque hacía unos cuantos metros las rodillas le habían fallado y casi había caído.

—Te quedaste en el campo de nuevo —la chica se sobresaltó, pero recuperó el equilibrio justo a tiempo— ¿Estas bien?

La voz de su novio la sorprendió, Oliver no tenía razones para estar ahí o no que supiera Lara y verlo con su ropa mojada y con una suave sonrisa logro darle fuerzas y ocultar su verdadero estado— Vuelves a hacer eso Oliver y te juro que...

—¿Que? —interrumpió cruzándose de brazos— ¿Qué harás?

—Te golpearé —le respondió la castaña, ladeando su cabeza antes de apretar sus labios

—No lo harías —dijo Oliver y Lara intento articular algún buen argumento, pero nada venía a ella— Tengo razón chica quidditch, admítelo

La serpiente suspiró y luego de reprimir una carcajada, reanudó el paso junto al castaño que poco tiempo después tomó su mano y juntos caminaron a paso rápido hacia el castillo.