Mis niños por fin descansaban cada uno en su camita. Zabdiel y Joel dormían en la misma cama ya que el menor de estos 2 le tenía miedo a la oscuridad. Erick dormía en mi cuarto solo que en su cuna mientras abrazaba al señor bigotes, un perrito color café claro con blanco, con unos grandes bigotes muy peculiares.
Y Christopher dormía en su propio cuarto con la televisión prendida pero con el sonido bajo. Desde que tuvo esas pesadillas donde según tienes los ojos abiertos cuando en realidad estás dormido, no puedes moverte pero te escuchas hablar cuando no puedes abrir la boca y una sombra negra en forma de una persona se aproxima hacia ti. Chris tenía esos sueños regularmente a pesar de que le dejabamos la luz prendida. Me di cuenta que el dormir boca arriba le provocaba esos extraños sueños. Luego de investigar, descubrí que a esos extraños sueños se le llamaban páralisis del sueño.
Eran las 2 de la madrugada y no podía dormir. Ya me había acostumbrado a dormir solo con la ausencia de Sally pero en estos momentos no entendía que era lo que me pasaba. Tenía la sensación de algo iba a pasar si me dormía, así que no lo hice.
Tomé mi teléfono y noté que tenía un mensaje. Se trataba de mi antigüo Jefe, proponiéndome que volviera a trabajar con él. A la vez quería pero a la vez no. Siempre su artista se llevaba todo el crédito y sentía que mi esfuerzo no era valorado, o mejor dicho, pagado.
Le marqué ya que mi jefe trabajaba hasta altas horas de la madrugada. No tardó en contestarme e iniciamos nuestra platica
—Buenas noches Camacho —saludó mi Jefe. Tiempo sin escuchar su voz grave—. Tengo la sospecha que tu llamada es por el mensaje que te envíe. ¿Cierto?
—Así es Señor
—Bien. Tengo un nuevo cliente, un joven chico que saldrá al mercado en unos meses y me gustaría que fueras el compositor de sus canciones. ¿Qué dices? ¿Quieres regresar?
—Señor, gracias por la oferta. Pero no puedo aceptarla
—¿Por qué Camacho?
—Ustedes nunca han valorado realmente mi trabajo. Además me quitaron el tiempo de estar con mi familia. Lo lamento señor, pero definitivamente mi respuesta es no.—contesté lo más amable que pude
—Alparecer ya te enamoraste de tus hijos —ríe—. Está bien Camacho, respeto tu decisión; Pero te advierto que eso de ser padre soltero no es algo fácil, batallarás más de lo normal y eso que son 4 escuincles. Y por como eres, no creo que puedas lograr mantener a tanto niño.—comentó en un tono molesto— En fin, buenas noches Camacho —colgó.
¿Y a este imbécil que le pasa? ¿Qué le importa si batallo? Ese es mi problema. Me dio un coraje que se expresara así de mis hijos como si de verdad fueran un problema. Son lo mejor que me pudo pasar y de eso no tengo dudas.
Puse me teléfono en el cajón y tallé mis ojos. Estuve pensado que trabajo obtener pero pronto conseguiría uno bueno. No sé cuando ni cual sea, pero tengo que conseguir uno bueno. Volteé al cajón y estaba mi billetera, recordé que Joel le tumbó un diente a Chris y ahora yo tenía que dejarle dinero de bajo de la almuhada.
Esto si estaría interesante.
Me levanté y tomé un billete de 50 y salí de mi cuarto intentando no hacer ruido para que Erick no despertara y rompiera en llanto.
Entré al cuarto de Christopher intentando no tropezar con sus juguetes, olvidaba que era muy desordenado y dejaba sus carritos por todo el piso. El único espacio del suelo que estaba vacío era donde se sentaba.
Llegué hasta su cama y deposité el billete debajo de su almohada. Lo miré, se miraba tan tierno durmiendo. Coloqué un beso en su frente y cuando estaba apunto de irme, tropecé con un juguete chillón y caí al suelo pegandome en todo el cuerpo.
—¿Quién es? —preguntó mi pequeño sentandose en su cama mientras yo me levantaba—. ¡Un monstruo! —gritó y me empezó a pegar con una caja en donde tenía sus colores adentro
—¡Aush! ¡Aush! ¡Aush!
—¡Muere monstruo! —exclamaba con enojo
—¡Hijo! ¡Soy yo! —exclamé y mi hijo me dejó de pegar
—¿Papá? ¿Eres tú? Perdoname, pandita y yo nos asustamos —abrazó a su peluche—. ¿Qué haces aquí? ¿Ya tengo que ir a la escuela?
—No hijo, hoy es domingo
—Entonces ¿Qué haces aquí?
—Vine por... por...
—¿Eres el ratón de los dientes? —preguntó mostrandome el billete que le había dejado.
Si señores, me había descubierto
—¿También eres Santa Claus? —asentí—. ¿Los reyes magos? —asentí—. ¿No existe el hada de los dientes? —negué— ¿Ni los muppets?
—No, hijo. Todo es una farsa
—Grosero —me sacó la lengua—. Gracias por el dinero, pero me has decepcionado —comentó fingiendo estar serio, pero estaba bromenado—. No me hables dentro de 30 años —estiró su mano derecha y volteó hacia otro lado
Creo que alguien se había ofendido
![](https://img.wattpad.com/cover/252590815-288-k438718.jpg)
ESTÁS LEYENDO
UN PAPÁ Y 4 CRÍAS | RICHARD X CNCO
RandomRichard tiene todo lo que siempre soñó: un buen trabajo, un lindo hogar y una familia hermosa que compartía con Sally, su esposa. Todo cambia cuando de la nada, Sally desaparece y Richard tiene que hacerse cargo de sus 4 hijos. ¿Quién dijo que ser p...