17 | Brownies que dan risa

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Desperté asustado y Christopher me miró sacado de onda. Gracias al cielo, todo había sido un sueño. Pero ¿y si los sueños se muestran

—¿Qué pasó papá? —preguntó y talló sus ojitos con sus manos. Por sus acciones, me percaté que también él apenas se iba despertando

—Tuve una pesadilla —le contesté más calmado

—¿Una pesadilla? ¿Cómo las que yo tengo con monstruos? —cuestionó Zabdiel todo emocionado sentándose en mis piernas. Madres, si que me dolían

—Sí, una pesadilla así hijo —empecé a ver a todos lados, mis hijos estaban ahí pero me faltaba un integrante—. ¿Y su tío Josh?

—Etá hachendo popo —contestó Joel mientras se comían un brownie

—Joel ¿De dónde sacaste ese brownie? —me había dado cuenta que no habíamos comprado brownies..

—El tío Josh lo trajo mientras tú dormías —respondió Zabdiel comiéndose uno

Oh no...

—¡No chicos! ¡Escupan eso! —les quité los brownies a los 2 pequeños y escupieron el pedazo que traían en la boca.

Por suerte Joel apenas lo había comenzado a comer pero Zabdiel ya llevaba la mitad del brownie. Esto no podría estar pasado.

—¿Dónde está su tío Josh?

—Que en el baño cagando —respondió Zabdiel un tanto molesto

Me iba a dirigir al baño pero el teléfono sono y me regresé para contestar. Era Josh.

—¿Qué tipo de brownie le diste a mis hijos?

—Wey... estoy en el baño... y no sé como abrir la puerta —habló todo asustado

—No mames Josh

Y sí... Josh había traído los brownies que dan risa, brownies con mariguana escondida en ella.

—Ayúdame wey, siento que la taza del baño me va a tragar —suplicó

Fuí al baño moviendo mi cabeza en forma de negación. Intenté abrir la puerta pero no pude ya que esta tenía candado.

—Josh, quítale el candado

—No sé como chingados se quita, no sé que es un candado... no sé ni quien soy

—Ay Josh, eres un pendejo

—¡Un momento! ¡Encontré la solución!

—¿Cuál? Por favor que no sea una estú...

Y me tragué mis palabras después de que Josh golpeara la puerta y le hiciera un abujero.

—¡Genial! Ahora la puerta de mi baño está rota ¡Gracias Josh!

—Agradecele a mi cabeza, ella hizo todo este desmadre —sonrió como idiota.

Abrí la puerta y lo saque de ahí tomándolo de las orejas. Lo arrastré y lo aventé al sillón. Mis hijos miraban la escena con rareza.

—¿Por qué chingados tragiste esos brownies? Y peor tantito ¿por qué dejaste que mis hijos lo consumieran?

—¡¿Lo consumieron?! Cabrones, yo les dije que no los comieran ¡hasta lo prometieron por el dedo mellique!. Pinches judas... ni judas fue tan traicionero

Y cuando Josh terminó de hablar, de la nada se empezó a reír dejando a mis hijos y a mi todos confundidos. Era el efecto de esos brownies....

—Papá no te molestes con el tío Josh, todos estamos bien —dijo Christopher

—¡Eso es cierto! ¡Tió Josh está bien! ¡Joel está bien! ¡Erick está bien dormido! ¡Chris está bien! ¡Tú estás bien! ¡Yo estoy bien! ¡Manuelangas el hámster también lo está! —exclamó Zabdiel emocionado pero Christopher y yo lo míramos bien

¿Cúal hámster? Nosotros no tenemos ninguna mascota

—Zab... ¿De qué hámster hablas? —le pregunté esperando una explicación

—De Manuelangas el hámster, está a tu lado. ¡míralo!

Señaló a mi lado izquierdo y obviamente no había nada.

—Zabdiel está loco —comentó Chris

—Manuelangas y yo jugaremos a las escondidas ¿Verdad que sí Manuelangas?.... dijo que sí —susurró esto al último.

—Oye hijo ¿Y cómo es ese hámster?

—Es pequeño, color blanco con manchas cafés claritos, tiene ojos saltones  y una camisa color amarilla que dice arriba el américa —explicó con emoción

—Que chingue a su madre el américa —comentó Josh antes de quedarse dormido

—Ay Dios... espero y no cause problemas en su salud. Tendré que investigar acerca de esto —corrí hacia la computadora pero la maldita no tenía carga y no encontraba el cargador en ningún lado

—Papá... —susurró Chris— Joel está medio rarito

Volteó y se encontraba Joel moviendo su boquita como si estuviera comiendo algo,mientras mira hacia el techo y una sonrisa se forma en su rostro. ¿Qué fantasía estaba teniendo en su cabecita?

—Joey... mi niño... ¿Qué es lo que estás haciendo?

—Como una sandía de calamelo con sabol a nuez

Christopher y yo nos volteamos a ver raro y luego de mírarnos, volvímos a ver a Joel quien seguía haciendo sus mismos movimientos.

—¿Y por qué miras el techo? —preguntó ahora Christopher

—Es que están pasado una pellículla de huevos que baillan la macalena —explicó muy concentrado hacia el techo— ¡Oh miren! —señaló al techo— ¡Ahí etá manuelangas el hámster!

¿Qué mierda les había pasado a mis hijos?







Capítulo corto espero y les haya gustado.
Oigan ¿Qué les pareció Dèjá vu? Realmente los chicos se lucieron con este albúm y hay que darle mucho amor de agradecimiento por traernos un album de puras joyitas.

A seguir reproduciendo, todo sea por los chicos.

Nos leemos pronto

UN PAPÁ Y 4 CRÍAS | RICHARD X CNCODonde viven las historias. Descúbrelo ahora