31 | Una noticia dolorosa

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—Hijos yo... les diré después —dije más calmado y mis niños me miraban confundidos pero aún así asintieron—. Y tú —miré a Josh— ¡Eres un pendejo! —le di una cachetada— ¡¿Cómo pudiste Josh?! ¡¿Por qué mierda me engañaste con mi esposa?! ¡Eramos hermanos!

—Seguímos siendo hermanos Richard todo esto es un mal entendido... déjame explicarte

—¿Explicarme qué? ¿Cómo me mentiste todo este tiempo? ¿Cómo te cogías a mi esposa mientras yo no estaba? ¡Ustedes 2 me traicionaron!

—No Richard, yo nunca te traicioné.

—¡Chicos es hora de irnos! —les dije a mis hijos ya cansado de la situación—. Y despidance del Tío Josh que no lo volveran a ver dentro de un tiempo

Mis Hijos se despidieron y salieron del departamento. Tenía a Erick en brazos quien seguía dormido y antes de irme, me detuve para decirle algo a Josh.

—Ah y por cierto Josh, si quieres ve al funeral, a mi esposa le agradará tenerte donde quiera que esté —dije y sonreí sarcasticamente para luego irme 

Me fui con mis hijos y tomamos un taxi ya que  quien nos había traído había sido el Josh con J de Judas.

—Papá... ¿y mamá? —preguntó Joel haciendo un puchero y aún sujetando su galleta

Me lleva la chingada, debo aparentar ser fuerte para ellos pero siento que no podré soportarlo. Yo sonreí con falsedad y despeiné su cabello.

—En la casa hablamos

Después de unos minutos desgraciadamente llegamos a casa. Pagué el aventón y bajé con mis niños que corrieron para entrar a la casa. Cerré la puerta y me senté en uno de los sillones. Estaba cansado, muchas sorpresas en un solo día. Erick seguía durmiendo en mis brazos, era increíble como aún se mantenía dentro de sus sueños a pesar de que lo movieramos tanto y escuchara tanto ruido.

—Niños, es momento de hablar —respiré profundo y todos se pusieron a mi alrededor—. Es hora de decírles algo respecto a su madre

—¿Mami ya va a volver? —preguntó Zabdiel. Pude notar su ilusión en sus ojos, una ilusión que se apagaría en cuestión de segundos.

No puede más, me derrumbé. Lágrimas salieron sin control alguno, empapando ambas mejillas, mis niños me miraban con confusión excepto Chris quien también se notaba que lágrimas estaban por salir.

—Su mamá se fue a trabar ¿recuerdan que les dije eso? —fue la mentira que les dije ya que tenía la esperanza de que ella volviera y también para no decírles la verdad así de golpe—. Bueno pues encontraron a su mami

—¡¿Está aquí?! —preguntaron Zabdiel y Joel con emoción y voltearon a ver la puerta con la esperanza de se abriera y apareciera su mamá. Cosa que no sucedería.

—Su mamita quería estar mejor y decidió irse al cielo —dije con dificultad provocando que mis niños borraran su sonrisa y Christopher y Zabdiel se tornaran de color rojo por el llanto que se aproximaba

—¿De que habas papá? —preguntó Joel— No entiendo nada

—Su mamita.... murió

Y justo en ese momento Erick empezó a llorar descontroladamente, como si lo hubiera entendido.

Los gritos y llantos de mis hijos no se hicieron esperar, ya habían comprendido la noticia y su reacción fue la que esperaba. Me partió el corazón verlos llorar de esa manera y el de 2 años negar con su cabeza varias veces, diciendo que no era cierto. Lo que hice fue a abrazarlos a todos juntos como si fuera un oso que protege a sus hijos ositos.

—E-ella ya está en un mejor lugar y los está viendo desde allá arriba. Ella los cuidará, es un angelito y una estrella más se sumará al cielo y podrán verla todas las noches —les dije tratando de calmarlos pero era imposible.

Estabamos hablando de su madre, ¿Quién no lloraría por la muerte de la mujer que les dio la vida?

—Las veces que quieran le iremos a llevar flores a su tumba. Muchas flores de las que ella les gustaba —traté de sonar feliz aunque estuviera llorando. Tenía que ser fuerte para ellos y mostrar un apoyo pero todo esto eran tan difícil.

—Pero yo quiero a mi mamá, quiero hablar con ella, quiero abrazarla —pidió Zabdiel entre llantos

—Y un día volveremos a estar todos juntos. Solo hay que esperar, es cuestión de tiempo —le dije—. Chicos, hay que ser fuertes... por mamá

—Queremos ser fuertes.... pero no podemos papá —comentó Chris todo rojo por causa del llanto—. Amamos a mamá, ella no pudo haberse ido. Nooo

—¿Quién me leerá cuentos? —preguntó Zabdiel—. Ella era la única que me leeía cuentos

—Yo lo haré de hoy en adelante —le dije tratando de que se calmara

—¡No! ¡Yo quiero a mi mamá! —Zabdiel empezó a gritar—. ¡Quiero a mi mamá! ¡Quiero a mi mamá! —gritó para luego volver a romperse en llanto

Odiaba ver a mis hijos de esa forma. Recuerdo cuando los miraba llorar porque su carro favorito se había roto o el perro que habían encontrado en la calle se había ido con su verdadero dueño; yo siempre los consolé. Pero en estos momentos no tenía ni la menor idea de como hacerlo, a nuestro caso no había solución. No había manera de volver con su madre viva.

Ella había muerto y teníamos que afrontar la triste realidad.

UN PAPÁ Y 4 CRÍAS | RICHARD X CNCODonde viven las historias. Descúbrelo ahora