35 | Sustos que no dan gusto

524 79 16
                                    

1 mes después.

Christopher:

—Te portas bien, no quiero que la maestra me de una queja tuya como la vez pasada —me pidió mi papá mientras me percinaba

Como olvidar aquella vez que le rompí el brazo a Logan, fue un gran momento.

—Orále, ya entra que se te hace tarde

—Adiós papá

Me despedí de él y entré a la escuela. Dejé mi mochila en mi salón, en el último pupitre de la fila y que estaba pegado a la ventana. Al notar las demás mochilas, me dí cuenta que mis amigos habían llegado y era mi turno de ir a buscarlos.

Salí del salón y corrí para encontrar a mi grupito en la cancha de basquetboll. Llegué agitado y la cabeza me empezó a doler, tal vez sería por correr tan pronto.

—Hola chicos —salude—¿Una partida de basquet o tienen miedo de que les gane otra vez?

—Hola Chris —saludó Alan, uno de mis mejores amigos desde primer año—. Deberías de dejar de presumir que eres un excelente jugador, no vaya a hacer que uno de nosotros de repente te gane —sugirió riendo

—Yo puedo ganarte con los ojos cerrados —aseguró Johann

—Vamos a ver si puedes —lo reté tomando la pelota que estaba en el suelo

—Primero deberíamos comer y luego jugar. Si no comemos, nos puede doler la cabeza; en especial tu Christopher, nunca comes en el recreo —dijo Alan

—No me da hambre —contesté en mi defensa

Y era cierto. Ya llevaba días en las que no desayunaba, ni almorzaba en el recreo. No me da hambre y menos con la comida que papá hace. No es por ofenderlo, pero no es el mejor cocinero del mundo. Le va mejor el papel de papá que de cocinero. Hay pruebas y 0 dudas.

—Te puede hacer daño —aseguró Alan preocupado mientras mordía una barra de chocolate.

—No me pasará nada, te lo aseguro.

—Hola bola de idiotas —se escuchó una voz conocida detrás de nosotros.

Johann, Alan y yo nos volteamos y nos encontramos con Felipe, un niño de quinto año que siempre nos molestaba. Era su pasatiempo favorito.

—¿Qué quieres Felipe? ¿Otra vez quieres que te peguemos en el baño? —preguntó Johann

—No vengo a golpearlos, idiotas. Es solo que escuché que a Christopher le pasó una tragedia... y dime Chris ¿Cómo se siente saber que tu madre te abandonó y murió? —preguntó burlándose.

Me quedé quieto. ¿Ese tonto como sabía sobre el caso de mi mamá? Maestra tonta, ella debió encargarse de que el chisme llegara a todos lados.

—No te burles Felipe, es un caso serio —pidió Alan

—Vamos Christopher ¿Qué vas a hacer ahora? Tu mami ya está muerta... ya no está para que te defienda... no eres más que un idiota, bueno para nada. Tu mamá debe estarte odiando porque eres un tonto

—Eso no es cierto —le levanté la voz—. Soy muy inteligente, ella está orgullosa de mi al igual que mi papá. Y además de ser inteligente, también soy bueno golpeando

Felipe empezó a reírse de una forma exagerada y mi ira iba aumentando cada vez. Poco a poco empezaba a cerrar los puños y lancé el primer golpe, estrellando mi puño en la mejilla del mayor.


Richard:

Me encontraba ordenando libros en las estanderías y Myself de Bazzi sonaba de fondo. Habían llegados un montón de cajas con nuevos libros, tenía curiosidad por leer uno de ellos pero no había tiempo y la tía Pancha se molestaría conmigo.

UN PAPÁ Y 4 CRÍAS | RICHARD X CNCODonde viven las historias. Descúbrelo ahora