CAPÍTULO 16: ¿Celoso? ♡

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Llevaba puesto unos jeans azules, pegados al cuerpo. Es la última prenda de ropa que tengo. También opté por una remera holgada mangas largas de color roja con rayas blancas. La amaba. Sin sujetador, ya no tenía más.

Ingresé a la habitación, tomando la bolsa con mi ropa sucia. Giré sobre mis propios pies y me dirigí a la puerta de la otra habitación. Estaba cerrada. La abrí, lentamente.

Amy me indicó donde quedaba el lavadero tiempo antes de ir al colegio. No lo pude creer la primera vez que lo oí.

Mi mirada se fijó en cada detalle, es más grande que la habitación de las chicas, solo uno poco. Había un armario con un espejo en la puerta del mismo. Y tres camas.
La ventana se encontraba en el extremo opuesto, con unas cortinas grises desplazadas a un costado, permitiendo que ingrese la luz del exterior. Bajo la misma, había un extenso mueble de madera con varios cajones. Y sobre el mismo, algunas fotos que desde aquí no las podía visualizar con claridad.
A mi derecha me encontré con aquella puerta que Amy había mencionado.
Sin más suspenso, abrí la misma. Magnífica sorpresa me llevé. Ahora que lo pensaba.... la habitación que le pertenece a los chicos debió de ser un comedor.

Me encaminé por el pequeño pero hermosos espacio exterior. Como un jardín. Incluso, podía sentir el aire puro.
Había plantas con sus respectivos maceteros. Cactus. Y rosas. También, una pequeña mesa blanca rodeada de tres sillas de la misma tonalidad. Sobre la misma, una hilera de focos pequeños de lucecitas le daban un toque armonioso.

De noche debe ser hermoso.

Me dirigí a aquel otro pequeño cuarto. Uno que parecía haberse construido hace poco tiempo.

Abrí la puerta metálica y al dar la media vuelta pude observar la pileta para lavar, mucho más grande que el lavamanos del baño. El gris reinaba en este lugar.
También había un par de conexiones para lavarropas, aunque no contaban con el electrodoméstico. Y en una esquina, había una especie de ducha, sin privacidad.

Bien.....

No puede ser tan difícil.

Déje la bolsa en el suelo y me acerqué a la pileta.

Suena vergonzoso.... pero antes de todo esto, durante mi desayuno, hice una búsqueda en YouTube sobre cómo lavar a mano.

Puse la gomita para impedir que se vaya el agua.
Coloqué un poco de jabón liquido para ropa que había a un costado de la pileta rectangular de color blanca.
Coloqué toda mi ropa sucia, separando las mismas por su color. Y abrí la canilla del agua.....lo siento, intenté abrir la canilla, estaba muy ajustada.

-Maldita...- murmure, haciendo fuerza -Pero, serás...-

Apreté aún más, intentando que la maldita girará. Pero solo logré quedarme con la canilla en la mano.

-¿Eh?, no no no no- rogué, asustada.

El agua comenzó a saltar de la canilla en un enorme chorro, mojando tanto mi rostro, como mi ropa.

Que desastre.

-Maldita.... encaja- intenté colocar la canilla en su lugar, pero no pude -Dios... no. ¡Qué desastre!- me empecé a desesperar -¡Ahhggg!- grité de impotencia, al no poder solucionar el problema -¿¡Todo mal!?-

Me limpié mi rostro empapado, apretando mi mano sobre el orificio por donde salía el agua, intentando acabar con el oasis.

¿Y ahora qué hago?.

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