ENSEÑAME A AMAR ✔️

CAPÍTULO 22: El juego ♡

Llevé las manos a mi rostro, lavandolo.
Es un sábado a la mañana, y uno muy tranquilo.
Levanté el rostro, encontrándome con el reflejo del mismo en aquel espejo. Apoyé mis manos a ambos lados del lavado, soltando un pesado suspiro.

Estaba confundida.

Por un lado, no quería alejarme de Alex. Pero por el otro.... sus sentimientos no son tan profundos como los míos. Y sentía, que aún me quedaba mucho por descubrir. Porque esa confesión del otro día, solo fue una pequeña parte de su tormentoso pasado.
No olvido a aquella señora que quiso pagarle por acostarse con él. Se que esconde cosas.

Apreté mi ceño confusa cuando la puerta del baño se abrió con suavidad. Un sigiloso Alex ingresó, sonriendo con picardia.

Oh, no.

-Espera....- intenté detenerlo.

Pero ya era demasiado tarde.

Se acercó, depositando un suave beso sobre mis labios.

-Buenos días, hermosa- dijo entre besos.

-Alex....- usé mi tono regañador. Tratando de alejar sus manos de mi cintura.

Pero estas continuaron volviendo al lugar de antes. Lo que me hacía repetir la acción.

-Alex....alguien puede entrar y....-

Silencio. Mis palabras fueron silenciadas por un beso mucho mas profundo. Más apasionado.

Aquel que despertó a mi cuerpo con aquellas caricias improvisadas. Es un  echo. Cada fibra de mi ser, lo obedece solo a él.

-Mmmm... me gustaría quedarme todo el día así- beso mi mejilla -... aquí-

-¿Aquí?- reí. Divertida.

Él se alejó, fijando aquella tierna mirada en la mía. Acuno mi rostro entre sus manos como siempre lo solía hacer.

-Bueno... no, aquí. Sino en la casa. Contigo- aclaró -Pero debo ir al estúpido Bar con los imbéciles de mis hermanos para acomodar las cosas. No regresaré hasta la noche- hizo una mueca de fastidio.

-No los llames así...- lo regañe.

-¿Y eso?- levantó una ceja curiosa -Los idiotas de mis hermanos no necesitan que mi hermosa....- se cortó para si mismo, al oír unos pasos en dirección al baño.

Lo miré, entrando en pánico.

Nos alejamos en el mismo tiempo en que la puerta se abrió, dejándonos ver a un somnoliento Brad. Incluso soltó un largo bostezo. Mismo que interrumpió al encontrarse con los dos tórtolos en el baño, o sea, nosotros.

Genial.

Me crucé de brazos, intentando disimular lo obvio. Alex se llevó una mano a la boca, aclarandose la garganta.

-¿Y que? ¿Me van a dejar usar el baño o debo aguantarme hasta que terminen de besuquearse?. Porque no puedo aguantar mucho, mi vej....-

-Brad....- Alex lo fulmino con la mirada.

-Yo... mejor me voy- solté, huyendo de allí.

-¿Puedes no ser tan irritable?- oí que Alex regañaba a su hermano mayor.

-¿Puedes dejar de ser tan evidente?- le respondió él.

Ingresé a la habitación para cambiarme el pijama.
Luego, tomé asiento en frente del escritorio de Amy con el objetivo de realizar el trabajo que mi padre me envió por correo electrónico. Quería terminarlo cuanto antes. Además.... no tenía nada mejor que hacer.
Oí la puerta de la habitación abrirse e intuí que se trataba de alguna de las chicas. Pero cuando aquellos dos fuertes brazos se apoyaron sobre el escritorio, por sobre mi cabeza. Y aquel perfume que tan bien lo distinguía, levanté el rostro, encontrándome con aquella divertida mirada.