CAPÍTULO 6: Ian♡

132 27 5
                                    

Sky

En el día de hoy me levanté más temprano de lo normal.
¿La razón?. Tengo que ir al gimnasio.
Hay días en los que puedo entrenar por las mañanas. Me queda más cómodo. Ya que, generalmente, llegó agotada por las noches, y lo último que quiero es pensar en ir al gimnasio.

Trato de entrenar todos los martes, miércoles y jueves. Tres días a la semana.

Mi rutina es sencilla y eficaz.
Ingreso al gimnasio que se encuentra a un par de calles de donde vivo, a las seis de la mañana.
Luego, me doy una ducha y me cambio de ropa en los vestidores qué ofrece el lugar.
No se porque, pero me siento cómoda al saber que es un gimnasio exclusivamente para mujeres.

A las 7:40 am, estoy en frente de casa para recoger a mi hermana. No olviden que sigo siendo su "chófer personal". Ahg, empiezo a odiar esa palabra.

-Llegaré muy temprano- se quejó, acomodándose en el asiento del copiloto.

Rodé los ojos. Aguardando a que cerrase la puerta para continuar con mi recorrido.
Me abrí paso por las calles vacías. Incluso aún estaban encendidas las luces que iluminaba las calles. Estaba oscuro.

-Ninguno de mis amigos estará allí- se volvió a quejar, revisando su mochila.

Detuve el auto cuando el semáforo paso a rojo.

-Puedes leer un libro en la biblioteca o perderte en tú celular- opiné.

En cuanto el semáforo se puso en verde, avance.
La verdad no me preocupa demasiado el echo de que llegase temprano mi hermana. Tenía asuntos más importantes en los que debía de pensar.

8 am. Aparque en frente del instituto.

-Mira... hay un grupo de chicas. Puedes platicar con ellas- le señalé al grupo que se encontraba de pié fuera del instituto.

Parecían sonreír y estar pasándola bien. Parecen amistosas.

Alice, se desabrocho el cinturón de seguridad.

-¿Escuchas lo que dices?- se bajó del auto -Las personas como yo, no se mezclan con personas como ellas. Podría ser dañino- cerró la puerta de un golpe.

Cerré mis ojos con fuerza.

-El auto....-murmure. Molesta -Tienes razón- arranque -Podría ser dañino, para ellas- sonreí.

De camino a la empresa decidí pasar por un lugar antes de, literalmente, encerrarme en mi lugar de trabajo.
Estacioné a un costado de la calle, antes de bajar del coche. Ni me moleste en colocarle la alarma. Casi nunca lo hacía. Cuando estaba de mi lado.

Empuje la puerta, ingresando al lugar. El aroma a madera inundó mis fosas nasales.
Noté que había dos personas antes de mi. Un hombre de unos cincuenta años de edad. Y una joven. Creo que es más joven que mi hermana Alice.

Me encaminé a un costado. Acercándome a uno de los altos estantes de madera. Observando con sumo detalle el lomo gordo de los libros. Interesante.
Tras unos segundos, escogí uno que había llamado mi atención. Jalé del mismo en mi dirección, hasta que pude abrir su contenido.

Por cierto...¿Dónde se encuentra la amable señora que siempre espera a los compradores con una gran sonrisa?.

Despegué mi atención del índice del libro, buscando con mi mirada a la dueña de la librería. Nada.

Solo pude notar como aquel señor observaba con.... poco tacto a aquella jovencita que parecía buscar un libro en especial.
Un extraño presentimiento se adueñó de mi pecho. Uno, que no me gusto nada. Así que, de manera disimulada, lo seguí observando, notando como se acercaba a aquella hermosa joven con una mirada que se asemejaba a la de un depredador.

ENSEÑAME A AMAR ✔️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora