Domingo, 16 pm.
Oí el llamado a la puerta, confusa volteé observando la misma.
Me encontraba en el escritorio de Amy con mi portátil, enviado unos emails a mi padre con algunos archivos. Por supuesto, cambié mi nombre de cuenta.-¿Quién toca la puerta?- me pregunté a mi misma confusa.
Me encaminé a la puerta, tomando el picaporte con mi mano, abriendo la misma. Apreté mi ceño confusa cuando vi a Alex con una gran sonrisa en su rostro.
-¿Y eso? ¿A que ha venido ese llamado?- sonreí.
-¿Estás ocupada?-
Fijé mi atención en dirección a la portátil por unos segundos. Antes de regresar a Alex.
-No. Ya no- confesé.
-Genial. Ven- pidió.
-¿Qué? ¿Qué sucede?- pregunté, extrañada.
¿Y ese misterio?.
-Ven, vamos a la cocina- insistió.
Lo seguí, cerrando la puerta de la habitación.
Al ingresar a la cocina me encontré con un plato con una porción de algo sobre la mesa.-¿Y eso?- acaricié mis brazos. Confusa.
A medida que me fui acercando más, pude distinguir de que se trataba.
-Tú madre me dijo que es tú torta preferida. La torta matilda- dijo, señalando la porción.
Lo miré. Notando que acababa de llegar. Incluso el casco de su moto se encontraba apoyado sobre la mesa.
-Anda. Prueba- insistió. Entusiasmado -Ven...- incluso corrió la silla hacia atrás.
-No entiendo...- negué con la cabeza.
-¿Entender que?. Ven, siéntate y come un poco- se acercó, empujandome en dirección a la silla. Me obligó a sentarme con suavidad -Debo regresar al trabajo en unos minutos-
Levanté la mirada.
-¿Te has escapado?-
-Algo así- sonrió, mostrando su perfecta dentadura -Anda, prueba-
De acuerdo.
Corte un poco y me lo lleve a la boca. Delicioso. Es verdad que es mi torta favorita. Todo chocolate. La amaba.
Corte otro poco, sintiendo el peso de su curiosa mirada sobre mi.-¿Y? ¿Qué tal?-
-Muy buena- asenti. Sastifecha con el sabor. Pasando mi lengua por mis labios para quitar cualquier rastro de excedente -¿Quieres?- le ofrecí.
Su mirada pareció brillar antes de acercarse y comer un poco. Apoyando una mano sobre mi silla y la otra sobre la mesa.
-¿A qué es la mejor torta?-
-Lo es- afirmó. Acercando una de sus manos a mi boca, limpiando muy cerca de la comisura de mis labios.
Aquel cosquilleo volvió a adueñarse de mi cuerpo. Llevábamos tres días en los que apenas intercambiamos palabra alguna. Alex se encontraba realmente ocupado. Con sus trabajos y el Bar. Apenas podíamos vernos, desde esa noche.
Una débil sonrisa se adueñó de mis labios. Entonces, su boca se abrió paso en la distancia qué nos separaba. Acercándose cada vez más y más. Hasta que sus labios se adueñaron de los míos, con ternura.
Lo añoraba. No me había dado cuenta hasta ese momento, pero lo hacía. Y mucho.
Mis labios respondieron a su beso. Hasta que se volvieron más hambrientos, exigiendo más.
Mis brazos se adueñaron de su cuello, profundizando más aquel beso. Obteniendo un jadeo de su parte.
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ENSEÑAME A AMAR ✔️
Fiksi Remaja¿Ella?, ella pertenece a una clase privilegiada. Tiene todo lo que necesita e incluso más. Es de carácter fuerte, decidida y siempre consigue lo que quiere. Por más que eso implique sobrepasar a los demás. ¿Él?, él lo perdió todo cuando de niño huyó...