CAPÍTULO 12: La solución ♡

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Cuando la camioneta se detuvo, levanté mi mirada observando aquel cartel: Hot.

-Es aquí....- murmure en voz baja, desde la parte trasera del vehículo.

El padre de Britanny, quiso abrir la puerta de la camioneta pero su esposa lo detuvo colocando una mano sobre su brazo.

-Cariño.... por favor, no cometas una locura- le pidió.

- Ohh... tenlo por seguro que lo haré- bajo del vehículo, malhumorado.

Es entendible. Hasta lógico. Su hija les había mentido.

Seguido de él, descendió su esposa.

-¿Permanecerá en el vehículo?- preguntó a mi lado, Timothy.

-Por supuesto que no- afirme. Bajando del vehículo.

Cerré la puerta de un golpe, escuchando que el guardaespaldas también hizo lo mismo.
Me encaminé al bar, el cuál se encontraba muy concurrido.

Ojalá no esté aquí, ojalá no esté aquí.
Britanny me odiaría toda la vida.

Ingresé al bar, apretando mis manos en un fuerte puño. Estaba nerviosa.
Ni siquiera me moleste por cambiarme de ropa, así que recibí más de una mirada curiosa. Como si fuese un bicho raro.

Mas de una persona casi choca contra mi cuando caminé entre el tumulto de personas. Así que Timothy, mi guardaespaldas, colocó su mano para evitar que alguien me tocara. Gesto que no pasó por desapercibido.
Luego, se colocó en frente abriendo camino.

¿Dónde se había metido todo el mundo?. Incluso perdí de vista a los padres de Britanny.

Caminé por unos segundos hasta que di con ellos. Justo en frente se estaba desarrollando la escena que más temía.
Los padres de mi amiga lograron localizarla. También estaba Brad. Y.... Alex, evitando que su hermano cometa una locura.

¿Cómo llegó tan rápido hasta aquí? ¿Me habría visto.... en la entrada de mi casa junto a esas personas?.

-Allí están- murmure. Con pesar.

Seguí avanzando rumbo a ellos.

-¡Britanny, vendrás conmigo ahora mismo!- le exigió su padre más que cabreado. Estaba rojo de la ira.

Nunca lo había visto así. Siempre me resultó un hombre amable y cálido.

Tomó el brazo de su hija con fuerza tratando de apartarla de Brad. Su novio trato de evitar ese echo.
Mi amiga tenía los ojos llorosos, mismos, que se encontraron con los mios al percibir mi presencia. Me detuve. Se me rompió el alama. El corazón.
Trague grueso adivinado seguramente lo que estaría pensando. Me odiaba.

La entendía.

-Señor.... no le permitiré que maltrate a Britanny así- intervino Brad, queriendo deshacerse del agarre del señor.

-¿QUIÉN TE PIENSAS QUE ERES?, SUELTA- le exigió.

-Cariño.... por favor, vamos a casa. Allí podremos hablar más tranquilos- suplicó su madre. Queriendo mantener la paz.

Aquella que se había perdido hace mucho tiempo atrás. No creo que logré hacerlo.

-No hay nada de que hablar- negó mi amiga. Recuperando su brazo -¡Amo a Brad!. Él es mi vida- gritó.

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