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PROYECTO
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‣⩩ 🇲🇽¿Cuál era el inicio?
Sí, la destrucción que dio comienzo a la nueva era.

Título: Chiapas; Maya.

Sinopsis: "El espíritu de un guerrero siempre prevalece en el corazón de las personas".

Advertencias: Ambientado en los inicios de la conquista. Historia modificada.

Palenque: Chiapas.
Chichen Itza: Yucatán.
Uxmal: Campeche.
Tikal: Guatemala.

...

Nunca creyó decir eso. Nunca creyó que su final iba a ser así, tan insólito, lleno de vergüenza y rabia. Diablos, extrañaba a Tikal, y a los demás. ¡Inclusive a la desesperante de Chichen Itzá, y la floja de Uxmal!

A pesar de que se veían pocas veces, y que pertenecían a imperios diferentes pero que eran uno mismo. Tonto, quizás.

Los mayas de la península eran más rebeldes y más toscos que ellos, que eran más "pacíficos".

¿Quién carajo eran esos tipos que parecían brillar? ¿Era el castigo de sus dioses por sus actos criminales?

Todo estaba en ruinas; los cuerpos de los que alguna vez llegaron a ser los guerreros, orgullo de ella, su madre May y de de sus abuelos estaban regados como tierra, algunos descomponiendose lentamente. La sangre ya era tan común verla, algo así como el agua. Las casas destruidas, niños, mujeres y hombres inocentes -otros no tanto- muertos.

Había guerreros todavía vivos, algunos todavía peleaban, más no era suficiente para derrotar a aquellos seres. La gente estaba dispuesta a pelear, su gente aún luchaba por ella.

¿Y ella que había hecho? Sinceramente, sólo los había conducido a la muerte segura. La culpa la carcomía lentamente, no creía ser capaz de levantar lo que alguna vez fue un imperio glorioso, y del cual heredaría una parte.

¿Dónde estaban sus dioses cuando más lo necesitaban? ¿¡Dónde!?

Cayó al suelo finalmente, destrozada.

Sintió el filo de una espada rozarle el cuello, tragó duro. Era su fin. Alzó la mirada, y miró con sus orbes verdes al sujeto que le apuntaba con malicia; el hombre sabía exactamente quién era ella.

A sus espaldas, Tikal y el resto de sus hermanos estaban, igual o peor que ella, arrestados, privados de la libertad que alguna vez despreciaron. Por lo menos Itzá y Uxmal no estaban ahí.

—¿Debería empezar con ellos o contigo? — Apenas y entendía  una mierda de lo que decía, pero a juzgar por su mirada probablemente empezaría a matar a su familia. Escupió en sus botas, aquellas que deseó usar un día. —¡Ah, hija de perra, cuestan más que tu vida! — supo que había firmado su sentencia, pero que más daba. El final era inevitable.

—¡No!— Tikal intentó safarze, más sólo consiguió que le clavaran una cuchilla en su abdomen, sin llegar a ser una herida letal.

La presión de la espada desapareció, para ser encajada próximamente en su pecho.

《Madre, perdóname. 》 pensó antes de su agonía, sintiendo lágrimas escurrir por su rostro. Se iría por fin a donde su familia la esperaba, finalmente estaría en paz. Pero la espada jamás llegó.

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