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Título; Occidente vs el mundo.

Descripción; Donde los tres pendejos de occidente sacan a relucir sus habilidades como el buen trío que son.

Nt: estoy emocionada y a la vez decepcionada por que es 3 de Marzo sidjdbduebwd.

Las lágrimas recorrían el rostro redondo de el chiapaneco, y en un intento por eliminarlas, paso su mano por ellas, haciendo que el chile que tenía en ellas hiciera contacto directo con sus ojos verdes.

—¡Ah!— gritó, echándose a rodar por la alfombra del piso de la habitación.

Mientras que Guerrero se reía y lloraba a la vez del chico. Y la oaxaqueña dormía pacíficamente abrazando a un cojín ajena del ruido de esos dos.

—Maldito mocoso, ayúdame.— le ordenó, mientras intentaba pararse del suelo.

—No eres mi padre.— Respondió, aún riéndose todavía de la escena que estaban montado.

—No lo soy, pero como deber social te voy a partir la madre que tampoco tienes.

El chiapaneco se levantó, con los ojos abiertos y aún ardiendo por el chile que había entrado en los mismos. Después se acostó en la cama, no sin antes lanzarse al chico guerrerense en venganza.

Lo único malo es que se había pegado el dedo gordo de su pie.

—¡Ayuda!— antes de que pudiera seguir gritando en auxilio, el mayor le logró tapar la boca, para después quedarse encima de el, acostado.

Cabe decir que Guerrero ya no sentía su cuerpo por el peso bruto del otro.

1.72 vs 1.72, genial.

Al final el más moreno de los dos logró sacar la fuerza bruta que tenía escondida y lo empujo, estando esta vez encima de él.

—¿Ustedes quieren morir verdad?— ambos cayeron de la cama –otra vez– al observar como la mayor de ellos ya se había despertado.

Debí pegarle a Guatemala cuando pude》pensó Chiapas, usando al menor como escudo.

Guerrero era a prueba del patógeno conocido como "persona emperrada por no dejarla dormir".

Él era demasiado joven. Aún no quería ir con Michael Jackson y Freddy Mercury.

—¡Guerrero fue! ¡Hazlo por el quesillo!

—¡¿Ves que mal ejemplo eres!?¿¡Qué clase de hermano hace eso?

—¡Guerrero, los modales no sirven para sobrevivir! ¡Y yo lo hago!

Se echaron a rodar por la alfombra, chocando con los múltiples muebles que un hotel de la capital les podía ofrecer.

—Cómo sea, tengo hambre. — la única chica del cuarteto se paró para patearlos y ver sí así se detenían.

Ambos se pararon de inmediato al ver que esta si tenía intenciones de lanzarse encima de ellos.

Era un chaneke de 1.55, pero pesaba y tenía la fuerza de un elefante.

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