Enfermedad

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Hello there! Acá otro capítulo. Recordar que esta historia va más rápido que las otras porque como la persona que me la pidió me ayuda todos los días, entonces uno avanza mucho más fácil. Con ayuda todo es mejor jaja y sin ella no habría creado todo este drama. Este capítulo será un drama cómico, no acostumbraba a escribirlos pero acá va el primero que escribo en mucho tiempo.


Satine había hablado con Anakin y Ahsoka sobre el mensaje que Ventress había dejado para Padme. Pero nada tenía sentido.

¿Por qué Ventress vería a los niños? A pesar de que Anakin intentó conseguir que Satine pudiera ver a Padme, todos los oficiales rebeldes se negaron, y si quería seguir a cargo personalmente de su interrogatorio, debería cumplir esas reglas. 

Anakin sabía que debería seguir a cargo por más que le doliera ver a Padme sufrir. Si alguien más se encargaba todo sería horrible para ella. No podía permitirlo, no importaba cuando Obi- Wan le reclamara que tenía que dejar de protegerla. Él nunca lo entendería. 

Satine estaba molesta. Pero al menos sabía que el mensaje de Padme a la galaxia pronto sería entregado.

Anakin por su parte observó lo que les daban de comer a los prisioneros. Un vaso de agua y una barra alimentaria. Rodó los ojos. Sabía que debían ser crueles. Pero probablemente se estaban congelando allí. 

Tal vez culparía al sueño y a sus ojeras por no haber dormido nada y rogaba no tener que dar explicaciones si alguien lo veía. Tomó algunas mantas y preparó sin hacer ruido un café en termos individuales. Escabullirse para un jedi era fácil. Además podía entrar a las celdas cuando quisiera, solamente no quería que nadie lo viera o lo tratarían como el imbécil más grande de la galaxia. Por estar llevándole mantas y café a su ex esposa y  al amante de su ex esposa para empezar, ya que varios ahora sabían de su antiguo matrimonio.

Se coló por las instalaciones hasta llegar a la celda, y rodó los ojos al encontrar a su padawan nerviosa con una manta entre sus manos.

- Sabionda- dijo él y ella se asustó

- Maestro, solo estaba asegurándome de que no intentaran escapar- dijo Ahsoka y Anakin rodó los ojos mostrando las mantas y el café, ella solo sonrió avergonzada.

Cuando entraron a las celdas, la imagen partió el corazón de ambos. Padme temblaba de frío abrazada a Rex que la había cubierto con su chaqueta. 

Cuando sintieron el campo de energía abrirse ambos saltaron sobresaltados.

Anakin sintió que su corazón se partía cuando vio a Padme encogerse hacia Rex. Les tenían miedo, lo podían ver en sus ojos.

Sin decir nada Anakin les entregó las mantas y les tendió el café. 

- No tiene nada, lo juro- dijo Ahsoka su voz casi un susurro. 

Anakin se dio cuenta que Rex miraba el café con desconfianza, pensando que tal vez en un acto de humanidad habían camuflado el suero esta vez para interrogarlos nuevamente.

Anakin bebió un poco del café y Rex asintió. No eran necesarias las palabras. Ellos agradecieron con la mirada, y los jedi se fueron tan pronto como entraron.

La misma rutina se repitió por dos días, hasta que un día Anakin y Ahsoka  al entrar a las celdas encontraron a Rex tocando la frente de Padme.

- ¿Qué sucede?- preguntó Anakin a Rex, pero Rex no lo tomó en cuenta, solo estaba preocupado de Padme

- Padme, mírame a los ojos ¿si? Hemos pasado por esto antes, vamos mírame a los ojos- dijo Rex levantando su frágil cuerpo con un brazo e intentando hacer que lo mirara a los ojos.

Secretos de una traiciónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora