- ¡Es bellisima la vista! - exclamó Taehyung, asomándose aún más a la barandilla de aquel balcón.
Estaban en un acogedor restaurante - bar, ubicado en el último piso de un rascacielos en Itaewon, desde donde se podía ver caer la noche sobre Seúl, los edificios y las calles emitían incandescentes luces, que parecían luciérnagas, la vista era simplemente maravillosa.
Estaban al aire libre, en la pequeña terraza de aquel restaurante, habia pocas mesas en esa parte y mucha antorchas calentaban todo el lugar. Podía divisarse a una que otra pareja, conversando íntimamente o besándose apasionadamente.
- Este lugar está increíble - volvió a hablar Taehyung - ¿Cómo lo encontraste?
- Una amiga me habló alguna vez de este lugar, vine por curiosidad y me quedó gustando, vengo de vez en cuando - le dijo Jungkook, estaba a unos metros de Taehyung, de pie junto a la mesa, contemplando la espalda del castaño.
Una boba e imperdurbabale sonrisa se hallaba dibujaba en sus labios, no había dejado de sonreír desde que vio al castaño esperándolo frente a su facultad, Taehyung era realmente atractivo y había algo en su mirada de cachorro herido que lo atraía muchísimo, casi como si quisiera cuidarlo y borrar aquella tristeza en su mirada a punta de besos y caricias. Quería besarlo, lo necesitaba, necesitaba sentir sus suaves labios y el adictivo sabor de su boca nuevamente.
Taehyung respiró una y otra vez la fresca brisa, llenando sus pulmones poco a poco, déjando que acariciara suavemente su rostro y su cabello. En cada una de las exalaciones, sentía como toda la anciedad que lo había acompañado durante el día, abandonaba rápidamente su pecho, haciéndolo sentirse mucho más tranquilo.
Por primera vez podía sentirse relajado, tranquilo.
- ¿No quiere sentarse un rato? - le preguntó Jungkook, corriendole una de las dos sillas de aquella mesa, para que se sentará ahí.
- Claro - Taehyung se alejó de la barandilla, sentándose tímidamente en la silla que Jungkook había corrido para él - Que caballeroso - dijo sentándose, mientras Jungkook simplemente se encogia de hombros y sonreía, sentándose también.
Taehyung se sonrojó, Jungkook lograba sin demasiado esfuerzo, sentirse extraño, confundido, pero también cómodo, sensaciones tan contradictorias, que llegaba a comprender del todo, y la verdad no sabía si eso era algo malo o no, o si debía preocuparse o simplemente dejarlo pasar.
- ¿Alguna vez has venido aquí sólo? - preguntó Taehyung de la nada, sintiéndose como un tonto después, aquella sin duda, había sido la forma menos sutil para saber si había llevado antes a alguna otra conquista - Lo siento... No tienes que contestar a eso.
Jungkook rio ante la tierna reacción del castaño.
- He venido un par de veces solo... - admitió Jungkook después de algunos segundos en que permaneció callado - Aunque debo admitir que prefiero estar bien acompañado - dijo eso último mirando fijamente los labios del castaño, conteniendo el salvaje impulso de lanzarse y devorar su boca.
Taehyung asintió con la cabeza, sintiéndose quizá un poco celoso al imaginar a otros chicos o chicas sentados en la misma silla que él estaba ocupando ahora, no sabía nada de la vida amorosa de Jungkook y le asustaba un poco saber al respecto, su propia inseguridad siempre lo orillaba a comparse con otros, resaltar sus fallas y acabar sintiéndose insuficiente.
- Buenas noches, bienvenidos - los saludo uno de los meseros, acercándose a su mesa. Vestía completamente de negro y parecía ser apenas unos años mayor que ambos. Con una amable pero ensayada sonrisa les entrego el menú.
- Gracias - dijeron al unísono Taehyung y Jungkook.
Taehyung agradeció internamente la llegada del mesero, sus pensamientos habían empezado a adentrarse en terrenos que no le agradaba y en serio no quería amargarle la noche a Jungkook.
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Perfil Falso (Vkook/Kookv) (Wattys2019)(EDITANDO)
FanficCiertamente mantener una relación a distancia es complicado, pero y si aparte de eso jamás se han visto en persona. Bueno Taehyung esta profundamente enamorado de su «novio» con quién sólo ha hablado a través de mensajes y llamadas, pero cuyo rostro...