Capítulo 19: La zona de tiendas

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—Escuché todo de lo que hablaron y solo tengo una cosa para decir...

Kazuya alarga la distancia entre Sota y él.

—Me arrepiento de haber madrugado.

Una vez expresado el disgusto de Kazuya, ahora es mi turno de hacerlo. Le frunzo el ceño al anciano.

— ¿A cuantas chicas has incomodado con tu bocina de mierda? ¿Qué otras cosas asquerosas has hecho? ¿Eh? ¿Has robado las tangas que dejan colgando en el patio

—¡T-Tú no lo entiendes! ¡Cualquiera en mi lugar habría acabado de la misma f-forma!

—Tú si que vas a acabar muerto.

En el momento en el que trueno los nudillos de mis puños, la melodía de mi celular interrumpe el asesinato que estaba por cometer.

Dado que debo encargarme de Sota, vacilo un momento en contestar. Pero decido coger el teléfono y contestar al tener una idea de quien es.

—¿Qué sucede, Midori?

—¡No te lo vas a creer, Hanako! ¡Satoshi confesó su amor por mí! Vamos a tener bebés detectives y forenses... Deterenses... Forectives...

—Felicidades. ¿Y qué es lo que de verdad querías decirme?—entrecierro los ojos al ya saber que está bromeando.

—Tengo todo lo que me pediste, pero... Digamos que las leyes de la física no me permiten volver a la zona de descanso. ¿Podrías venir a la zona de tiendas... Específicamente, al puesto de hot dogs?

—¿Con leyes de la física te refieres a que te estas cagando de hambre y quieres tragarte un perro caliente?

—Podría intentar engañarte diciéndote que no, pero las dos sabemos que eso sería una pérdida de tiempo al igual que relleno para el anime.

—Está bien. Voy en camino, así que intenta no morir de inanición.

—¡El pecado de la Gula se está apoderando de mí!

Cuelgo sin despedirme, pues nos vamos a ver en unos minutos. Decido enfocarme en Sota al haber finalizado la llamada.

...

Exacto, en Sota.

Sí, en Sota.

Claro, en Sota.

Por supuesto, en Sota.

—¿DÓNDE COJONES ESTÁ?

Habiendo quedado sorprendida por su ausencia, reviso mis alrededores frenéticamente. No hay ningún rastro de ese hijo de perra. Tendrá arrugas hasta en el pene pero si que es rápido.

Un preocupado Kazuya se me acerca en respuesta a mi desconcierto.

—T-Traté de avisarte, pero no me escuchabas.

—Oh, lo siento. Los gritos eufóricos de Midori y tus apagados susurros no hacen una bonita pareja.

Está claro que no lo pude escuchar por su usual tono de voz silencioso.

—Sota aprovechó que te concentraste en tu llamada, y se echó a correr... Ah, y también se llevó la bota consigo.

Diciendo eso, el joven baja la mirada y noto como se está culpando mentalmente por permitir que se escape.

Le acaricio la cabeza para confortarlo.

—No te preocupes. Ya me habías dicho que no eres alguien que le gusta enfrentar a la gente.

Mi personalidad es la que tiene la culpa aquí, no la de él. Debí haber estado más alerta.

Sota escapó y ni siquiera tengo la bota de Ashley como para devolvérsela. Quiero acabar con esta situación de una vez, pero ya perdí demasiado tiempo con esto. No debo olvidarme de lo que debería ser el centro de toda mi atención.

Súper Detective HanakoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora