Capítulo 42: Cultivo de sospechas

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Mi cara es invadida por un leve asombro.

—¿E-Estás seguro de eso?

—Absolutamente. En diversas ocasiones la he visto mirando con melancolía el casillero sesenta y nueve, así como la foto enmarcada que colocaron en todos lados. Incluso una vez llegué a oírla susurrarse a si misma su nombre.

Ya que el ojo de este periodista es de fiar, no me queda de otra que aceptar que Katsumi echaba de menos a la víctima.

Antes había especulado con que su investigación del secuestro se originó por una mezcla de dos motivaciones: Su sentido de la justicia y el deseo de rescatar al que una vez fue su estudiante. Y también pensé que los dos salieron en la foto grupal juntos porque eran igual de sociales y alegres... Pero parece ser que su vínculo era mucho más complejo que el sencillo alumno-maestra.

...

Gracias a mi reciente hallazgo, una de las personas que aparecen en la foto se gana todo mi interés. Decido dejarlo de lado por el momento y concentrarme en la información que todavía no recibo.

—Si la segunda persona me ha despistado un poco, no me puedo imaginar a la tercera... ¿Quién es?

—Ojalá saberlo.

—¿Ah?

Elevo una ceja con confusión al observar su impasible encogimiento de hombros.

—¿Cómo cojones garantizas que tres personas extrañan a Naoki... Si ni siquiera sabes quién es una de ellas?

—Esto lucirá como un invento mío pero no lo es. Hay un ser misterioso que ha demostrado incontables veces que echa de menos a Naoki... O como mínimo, que le importa un poco.

—¿Ser misterioso? No me digas que se trata del puto Casper del sótano.

—¡DEJA DE MENCIONARLO A CADA RATO O ME VOY A SENTIR MÁS IMBÉCIL DE LO QUE SOY REALMENTE!

Para desahogarse por mi pullita constante del fantasma, Haruto empieza a agitar su cámara negra de un lado a otro. Esta acción le ayuda a calmarse en unos segundos, permitiéndole proceder en su explicación.

—Asumo que ya inspeccionaste el casillero de Naoki. ¿Cierto?

—Sí, hace bastante. ¿Qué hay con eso?

—Dudo mucho que no te hayas percatado de las miles de pegatinas adheridas en la puerta del casillero, por lo que iré al grano...

¿Pegatinas? E-Espera un segundo... Ya lo entiendo.

—Desde que Naoki fue secuestrado, alguien ha estado pegando esas estampas en secreto.

Escuchando nuestra declaración al unísono, la incomprensión nace en el rostro de mi compañero.

—Ya q-que las estampas son del anime favorito de Naoki, pensé que las había p-puesto él....

—No eres el único, querido Kazuya. ¿Qué tan convencido estás de esto, Haruto?

—Cada una de mis respuestas están repletas de convicción, Súper Detective. Una o dos veces a la semana, una nueva pegatina es añadida en el casillero de Naoki. Muchos estudiantes suelen chismear sobre la identidad de aquel individuo, y por eso es que intento averiguar quien es...

El fotógrafo hunde la cabeza con decepción, dejando sus brazos colgando sin vida.

—Pero al igual que con mis noticias favoritas... No he descubierto ni un mísero dato nuevo.

Que las estampas sean ilustraciones del anime preferido de Naoki no es coincidencia. El responsable de su aparición debe ser alguien consciente del gusto particular que tenía la víctima por aquella serie.

Súper Detective HanakoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora