Súper Detective Hanako

Capítulo 43: Tetsuya

13 de Agosto, 12:52 PM. Academia Hacha de la Esperanza, corredor de la sala de castigo.

Diviso a mi objetivo una vez llegamos al pasillo, quien está casualmente apoyando su espalda en la pared cercana a la puerta del salón de detención.

Acompañada de mi hijo adoptivo, me aproximo a él mientras blando una mueca burlona.

—Cuánto tiempo. ¿Qué tal el interrogatorio del simpático detective?

Antes de responder a mi propia pregunta, entrelazo mi dedo en un mechón de mi rubio cabello.

—Ah, déjame adivinar: No le dijiste una mierda y él se la pasó insultándote.

—...

Sin la intención de centrarse en nuestra presencia, la vista desprovista de toda emoción del sospechoso estudiante se fija en el suelo. Al ya saber que no me dirigiría la palabra, continúo anunciando mi conclusión.

—Satoshi aclaró que no te esposaría hasta hallar una prueba decisiva, y cuando notó que sus intentos de sacarte información son más inútiles que un Taxi en Cars... Te echó de la escena del crimen, seguramente para evitar estamparte el cráneo contra la ventana del aula.

Me es increíblemente satisfactorio visualizar como ese bastardo pelirrojo que detesto expulsa humo por las orejas a causa del silencio del maleante.

Aún estando frustrado, apuesto a que tuvo en cuenta que este chaval no puede escapar por culpa de los altos portones que rodean el exterior de la academia y los guardias que vigilan la entrada. Las condiciones de esta situación le permitieron mandarlo a la mierda.

—A diferencia de ese imbécil, yo no me rindo por un simple contratiempo.

Aunque casi me desmorono en el clímax de la última recreación...

—Es momento de retomar nuestra conversación, Tetsuya.

Después de declarar eso, observo como los labios del maleante se separan lentamente a la par que gira su cuello hacia mí.

—¿P-Por qué?

¿Oh? A estas alturas ya me pensaba que le habían arrancado la lengua de verdad, pero parece ser que aún puede pronunciar palabras.

—Porque mi mayor deseo ahora mismo es descubrir la Verdad de los dos crímenes que sucedieron en el trece de Agosto. Y tú eres un medio que podría otorgarme un avance considerable.

Rechinando sus dientes, Tetsuya desvía la mirada que apenas me dedicó.

—Ya te lo dije... No sé nada. Solo descubrí el cuerpo de... Esa p-puta.

—Te creería, de no ser por el hecho de que ejerciste tu derecho a guardar silencio. Y como olvidar tu rostro jodidamente ensombrecido como si hubieras sufrido por lo peor, precisamente cuando estabas enfocado en la mujer muerta que acabas de insultar.

También hay otras cosas que aumentaron mis sospechas, prefiriendo mencionarlas más adelante.

Reaccionando a mi contundente opinión, el estudiante baja la cabeza y aprieta sus dos puños del enfado.

—De por sí la escuela me toca bastante los huevos... ¿Y ahora me meten en esto solo porque soy el peor alumno de aquí? Que me sudan las clases no me convierte en un jodido asesino.

—Vaya, por fin dices algo coherente. Ser un asco de estudiante no es un motivo válido para creer que eres capaz de matar a una maestra. Entonces...