SNK: -"la última bruja"
el clan Ilazki era uno de los mayores misterios para todos los que alguna vez preguntaron sobre el mismo. nadie sabía con certeza las atrocidades por las cuales las mujeres de ese linaje habría pasado pero si se tenían rumore...
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0.13.
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Legión.
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19.45 pm Patio delCuartel general de reclutas.
—Entonces, ¿te unirás a la policía?— preguntó Connie viendo a la joven pelirroja que estaba a su lado sentada con sus piernas cruzadas. —¿Segura de eso?
—Si, tengo a dos conocidos que entrarán también, Marlo dice que podremos acabar con los corruptos y creo que es una buena idea.
—¿Acabar con los corruptos?— preguntó Sasha a lo que la joven pelirroja soltó una pequeña risa ante el desconcertó de la joven.
—La peor rama es la de la policía militar, sería un logro cambiar algo ahí. En fin, iré con Aristeo, luego los veo.
—Hasta el rato— Connie respondió, viéndola caminar.
Halia estaba quizás acostumbrada a que le cuestionarán sus decisiones, aún así sabía que era cobarde y por ello se uniría a la policía militar, nunca estaría lista para pelear contra titanes. Sabía a la perfección que esa división en partículas era bastante corrupta, se había enterado por sus propios medios sobre ciertas cosas extrañas que hacían ahí dentro y no solo eso; había presenciado varias cosas oscuras.
Asesinatos, desapariciones, entre otros actos horribles que sabía la policía militar estaba a involucrada. No se sentía orgullosa de ir allí pero no tampoco se consideraba una persona valiente. Sus hermosos ojos ámbar chocaron de repente con la figura del castaño con el cual se llevaba bastante bien, no lo diría abiertamente pero le parecía bastante lindo desde su punto de vista, podría decir que Jean era el más lindo entre ellos.
Por su parte Jean se acercaba a ellos con lentitud, los ojos del joven se desviaron hacia la pelirroja que ahora veía acercase, debía pasar a un lado de él para llegar hacia Aristeo y supuso que iría con él debido a que era el único camino para llegar al rubio con el que justamente venía de hablar. Detuvo su paso cuando la tuvo cerca por lo que ella se vio casi obligada a hacer lo mismo para no quedar como una idiota frente al castaño que ladeaba su cabeza con curiosidad.
—¿Es tu decisión final?
—¿Disculpa?— preguntó viéndolo.
—Ir a la policía militar.
—Oh, así es— asintió con lentitud, sus ojos ámbar se clavaron en los almendrados de él como si estuviera tratando de adivinar lo que quería transmitirle. —Tú te unirás a la legión, ¿no?
