SNK: -"la última bruja"
el clan Ilazki era uno de los mayores misterios para todos los que alguna vez preguntaron sobre el mismo. nadie sabía con certeza las atrocidades por las cuales las mujeres de ese linaje habría pasado pero si se tenían rumore...
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0.69.
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Peligro inminente.
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5.40 AM Lugar indefinido
La habían llevado a otra habitación luego de asearla, por supuesto que con "aseo" Elenio se refirió a balde de agua fría con jabón sobre su cabeza, se las había ingeniado para torturarla de esta forma. Con su cabello húmedo y cuerpo destemplado, fue llevada a una habitación en donde se encontró no solo con Historia, sí no también con Eren.
—¿Ustedes...? ¿Qué hacen aquí?
—Silencio— uno de sus secuestradores la empujó e hizo que callera al suelo de rodillas, quizás a un metro de Eren.
El golpe fue duro y tardo en reincorporarse al tener sus manos atadas detrás de su espalda. El sujeto se fue sin más y cerró la puerta, dejándolos solos. La rubia la observó preocupada y no dudo en acercarse, por favoritismo de sus secuestradores, Historia estaba completamente suelta, pero no se habría animado a escapar.
—Amaris— su tenue voz la hizo negar suavemente, Historia la ayudó a sentarse.
Ahora podía ver un poco más. Estaban en una habitación bastante grande, el suelo de madera poseía una alfombra verde que cuabria toda la extendió del mismos. Habían cuadros y tenía un ventanal enorme permitiéndole ver la gran luna llena. Al menos ahora sabía que era de noche, agradeció que su reloj biológico funcionará medianamente bien.
—Nos dijeron que te habían secuestrado.
—Hicieron un espectáculo para secuestrarme, supongo que también con ustedes?— susurró en respuesta, tragando saliva y apoyando su cabeza sobre la pared. Negó. —¿Cómo terminaron aquí?
los observó, pero el silenció se hizo presente una vez más. Eren estaba viéndola desde un pequeño colchón, trató de hablar, pero la mordaza no ayudaba en nada.
—Mmmm— lo oyó balbucear. Amaris lo observó. Trató de incorporarse con ayuda de la pared pero le fue imposible, estaba cansada, débil.
—Tranquilo, Eren— no sabía que más decir para ese entonces, sinceramente estaba aterrada y no sabía cuánto tiempo tenía antes de que algo peor pasara. Estiró sus piernas. sus rodillas habían crujido al igual que su cadera. —No puedo hacer mucho ahora, no tengo energías.
—Mmm— sollozó Eren.
—Amaris..., Ninguno sabía dónde estabas.
—Y ahora ninguno sabrá dónde estamos— le respondió, mirándola. Sus ojos verdes parecieron tratar de investigar la habitación.
