SNK: -"la última bruja"
el clan Ilazki era uno de los mayores misterios para todos los que alguna vez preguntaron sobre el mismo. nadie sabía con certeza las atrocidades por las cuales las mujeres de ese linaje habría pasado pero si se tenían rumore...
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0.47
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Secretos
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El sonido metálico de la cuchara chocando con la taza de mármol era algo insoportable para la castaña pero no diría nada por ahora ya que Astra parecía concentrarse con eso, aún que a juzgar por la cara molesta de Aristeo... aparentemente también le estaba molestando ese sonido.
—Bien, entonces, ¿qué preguntas tienes?
—¿Conociste a mi padre antes de entrar a la legión?— preguntó casi sin dejarle tomar el té, Astra detuvo su brazo dejando la taza frente a ella antes de observarla.
—Pues si, él venía seguido al orfanato en dónde crecimos bianca y yo— asintió con una pequeña sonrisa en sus labios que no pudo esconder. —y el doctor Jeager también, nos cuidaba ya que Bianca solía enfermar seguido.
—Ustedes...¿Por qué entraron a la milicia?
—Que preguntas haces— soltó con una pequeña risa la azabache mientras bajaba la taza dejándola en la mesa. —Principalmente era eso o trabajar en un burdel, Mamoru nos dijo que sería mejor sí entrabamos a la milicia así que aquí estamos.
—¿Por qué la legión...?
—Vivir en las murallas es agotador, quiero saber que hay más allá de todo esto y tú padre me dijo que algún día lograremos salir de aquí si acabábamos con los titanes— comentó con una sonrisa en sus labios, dió un sorbo a su té. —Aun que también entre aquí por la comida, no se que sería de mi o de mi hermana si no fuera por qué tú padre nos convenció.
—Mi padre nunca me dijo nada, solo murió asesinado y ya— Amaris estaba a la defensiva, su cuerpo fue hacia adelante y notó que el rubio que estaba a un lado de Astra se tensó cuando mencionó lo del asesinato de Mamoru.
—no nos habiamos enterado de eso hasta que apareciste, fue una noticia que me golpeó fuerte la verdad.
—¿Se sabe quién lo asesinó?— Aristeo preguntó con una de sus cejas levantadas, sus ojos parecían preocupados por ella y estaban algo brillosos, quizás por qué había empatizado con la joven.
—No, no se sabe nada— negó.
—Bueno, tú padre era raro, hablaba de cosas muy extrañas que nadie conocía— Astra lo observo con una mirada de completa curiosidad. —Solo recuerdo que él a veces hablaba de tu madre y cosas raras.
